La pandemia nos sigue privando del momento humano.

El concepto "momento humano" fue propuesto por el psiquiatra Edward Hallowell en un artículo publicado en Harvard Business Review.

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Nuria Fernández López

Hallowell define "el momento humano" como la conexión con otra persona que requiere presencia física y atención emocional e intelectual. Es un encuentro psicológico que puede ocurrir en determinadas circunstancias y que favorece enormemente la comunicación.

Los seres humanos somos más resistentes de lo que pensamos, podemos hacer frente casi a cualquier cosa, siempre y cuando no nos encontremos demasiado aislados. Con ya más de un año de evolución, la distancia física a la que la pandemia nos somete empieza a evidenciar las complicaciones, abundan las comunicaciones ambiguas y confusas, la confianza se resiente, la ansiedad y la fatiga mental nos acechan. La comunicación electrónica nos roba las señales del proceso de comunicación relacionadas con los aspectos no verbales, lenguaje corporal, tono de voz, expresión facial, que a menudo necesitamos para entender completamente los mensajes. En la comunicación electrónica se hace más evidente la sobre sensibilidad, la duda, la malinterpretación, la desconfianza.

 

 

Es obvio que en la situación que vivimos, en muchos aspectos la tecnología nos ha salvado, nos ha permitido seguir con algo parecido a la "normalidad", pero como dice el mantra que suena por todas partes "el teletrabajo ha venido para quedarse" y, por tanto, hay que empezar a prestar atención a los problemas que se desarrollan cuando se pierde el "momento humano".

Los científicos saben que el contacto humano positivo reduce los niveles sanguíneos de las hormonas del estrés, epinefrina, norepinefrina y cortisol. También existen hormonas como la oxitocina y la vasopresina que se elevan cuando sentimos empatía por otra persona. Se ha demostrado que estas hormonas están en niveles bajos cuando las personas están físicamente separadas. Es por esto que empatizar en la distancia es mucho más difícil. Además, el contacto en persona estimula dos neurotransmisores muy importantes: la dopamina, que aumenta la atención y el placer, y la serotonina, que reduce el miedo y la preocupación.

Cuando el momento humano desaparece, en la mayoría de los casos es reemplazado por la preocupación y la malinterpretación. Las comunicaciones electrónicas eliminan muchas de las señales que normalmente sirven para contrarrestar o reinterpretar el mensaje verbal. La preocupación tóxica, basada en interpretaciones equivocadas es una de las consecuencias más debilitantes en la comunicación virtual. Un mensaje de correo electrónico mal interpretado. Un mensaje de correo de voz que se reenvía a las personas equivocadas. Alguien se ofende porque no está incluido en una determinada lista de difusión. A medida que disminuye el número de momentos humanos, es más probable que aumente el número de pequeños malentendidos, a la larga, sino se resuelven, grandes malentendidos.

La tecnología ha creado un mundo nuevo, lleno de oportunidades, pero no podemos avanzar con éxito sin prestar la debida atención y preservar el "momento humano". Es el gran reto en el que todas las organizaciones estamos inmersos, lograr minimizar el gran impacto emocional de la distancia física.

 

 

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