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Cada día son más las empresas que ponen al consumidor a trabajar, convirtiéndolo en un empleado sin sueldo. "La McDonalización de la Sociedad"

 

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Inma Trigo

En este post me gustaría compartir con vosotros las reflexiones de un artículo extraído del libro "La McDonalización de la Sociedad" sobre el papel del consumidor actual, y de su papel como productor, al imponérsele un trabajo no pagado por adquirir un producto o servicio.

El caso de automontaje de los muebles de Ikea es un buen ejemplo de cómo las empresas transfieren el trabajo "productivo" al "consumidor": compramos un mueble y estamos obligados a transportarlo y montarlo nosotros mismos en casa. Este tipo de ejemplo lo encontramos en muchas de las actividades de consumo que hoy realizamos y en las que nos convertimos temporalmente en un empleado sin sueldo. McDonald's adoptó la novedad de  hacer trabajar al cliente, haciéndole limpiar su bandeja de comida y dejar recogidas las mesas del restaurante.

Las tiendas de comestibles en las que el dependiente entregaba y cobraba los artículos han sido sustituidas por los supermercados. Ahora, recorremos sus interminables pasillos, seleccionamos los productos, los colocamos en el carrito, e incluso pesamos en la báscula los productos frescos y hasta los empaquetamos. Vaciamos el carro para disponer los artículos en la caja y los introducimos en las bolsas de la compra. Dedicamos varias horas a la semana a "trabajar" como dependientes de un supermercado.

 

Existen muchos otros ejemplos de imposición de tareas al consumidor. En las gasolineras, somos nosotros mismos quienes llenamos el depósito, limpiamos las ventanillas del coche y, en lugar de tener un empleado dedicado a cobrarnos, estamos obligados a entrar en el local o ir a la ventanilla para pagar el combustible que hemos puesto. Y en algunos casos, sólo con introducir la tarjeta de crédito, efectuamos el pago sin necesidad de tener contacto humano alguno. Hemos trabajado como dependientes sin sueldo, también, en la estación de servicio.

Compramos los billetes de avión a través de Internet sin acudir a la agencia de viaje. Sacamos dinero en el cajero automático de nuestro banco, realizando así el trabajo de cajeros, pero sin sueldo. Hacemos llamadas de teléfono que nos conectan con una máquina que nos dicta instrucciones y que nos obliga a marcar interminables series de números para conseguir conectar con la extensión deseada o pedir cita en nuestro centro de salud.

En la actualidad, encontramos ejemplos como éstos de forma más extendida y normalizada. De acuerdo que no se trata de trabajos agobiantes pero si consideramos la totalidad de estas actividades, nos damos cuenta de la cantidad de tiempo y energía  que perdemos realizando trabajos no pagados para un buen número de empresas.

G. RITZER: La Mcdonalización de la Sociedad, Barcelona, Ariel, 1996.

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