¿Puede afectar un uso excesivo de la tecnología a tu salud?

Los avances tecnológicos nos facilitan aspectos de nuestro trabajo y vida cotidiana, ¿pero pueden tener algún efecto negativo en nosotros?

 

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David Fernández

Es evidente que, en mayor o menor medida, todos los cambios y avances tecnológicos provocan a su vez cambios dentro las sociedades, en los comportamientos de sus individuos, en sus maneras de comunicarse, normas y hábitos sociales, etc.
Los avances producidos dentro del campo de las telecomunicaciones no podían ser menos.

Si echamos la vista atrás, todos aquellos que sobrepasemos los 30 años, podemos recordar como cuando éramos pequeños también teníamos vida social. Si por ejemplo íbamos a quedar un domingo por la tarde con nuestros amigos del colegio, el viernes lo hablábamos, decidíamos una hora y un lugar para vernos y allí puntualmente estábamos todos el siguiente domingo.

Si alguien tenía algún problema para llegar, ya podía correr para llegar a tiempo, las otras opciones eran haber avisado a alguno de los amigos por el teléfono -en esos tiempos no hacía falta especificar que se trataba del teléfono fijo, porque no había otro- o si el amigo no estaba en casa en ese momento la otra opción era dejar el "recado" en casa de alguno de esos amigos confiando en que su familia le pudiese avisar a tiempo.

Si hoy deseásemos montar un plan similar, podríamos utilizar también el teléfono fijo, cada vez más en desuso, pero seguramente nos decantaríamos por un email, sms, un whatsapp o incluso un evento creado facebook.

Las opciones de comunicación a distancia han aumentado muchísimo y están cada día al alcance de más personas, pero ¿qué ocurre cuando no son las herramientas las que están al servicio de las personas sino que son las personas las que viven esclavizadas por ellas?

 

Nomofobia: la obsesión por el teléfono móvil.

 

Dos personas comiendo o tomando un café que no hablan entre ellas, cada uno está jugueteando con su teléfono móvil de última generación.

Una persona, sentada en la oscuridad de una sala de cine, cada 10 minutos (si no menos) enciende una pequeña lucecita: es su teléfono móvil.

¿Os resultan familiares estás escenas? Algunos expertos como el Doctor Larry Rosen, autor del libro iDisorder, han empezado a catalogar estos problemas relacionados con un uso excesivo de la tecnología. Veamos algunos de ellos:

  • Síndrome de la llamada fantasma: ¿Alguna vez has sentido una vibración en el bolsillo y luego te has dado cuenta de que  ni siquiera tenías el móvil en el bolsillo? Según algunos estudios, es algo que le ha sucedido al 70 % de las personas que se definen como fuertes usuarios móviles.
  • Nomofobia: La ansiedad que se siente al no tener acceso a un dispositivo móvil. El término es una abreviatura: "fobia no-móvil". Este hecho puede ser provocado por una acción refleja al ver a otros usuarios interactuando con sus terminales.
  • Cybermareo: El término procede de los 90, coincidiendo con los primeros videojuegos de realidad virtual. Estos provocaban mareos y desorientación similares a los provocados por viajar a grandes velocidades.
  • Facebook-depresión: La depresión causada por las interacciones sociales, o la falta de ellas a través de las redes sociales.
  • Adicción a internet: Aparece cuando el uso excesivo de Internet o la necesidad de estar conectados siempre es tan abrumadora que interfiere de una forma negativa en la vida diaria de la gente.
  • Adicción a los juegos online: Según datos oficiales, el 8% de la población coreana de entre 9 y 39 años sufre este problema. La situación ha llegado a tal magnitud que ha obligado al Gobierno a promulgar la llamada "Ley de Cenicienta", que corta el acceso a los juegos online desde la medianoche a las seis de la mañana a usuarios menores de 16 años.
  • Ciberhipocondria: Aunque el dicho dice que "el saber no ocupa lugar" parece que el exceso de información y la facilidad para acceder a ella puede presentar alguna desventaja. Ahora los hipocondriacos, ante el primer dolor de cabeza, pueden estar convencidos de que tienen alguna enfermedad grave que han visto, investigado y leído en alguno de los múltiples foros y páginas de medicina.
  • El efecto Google: Nos da pereza retener información. ¿Para que recordar un dato que puedo consultar más tarde en Google?



Puede que alguno de estos problemas derive de lo rápido que hemos tenido que adaptarnos a tantos cambios en tan poco tiempo. Según algunos expertos en medicina, algunas de estas situaciones que sufrimos pueden revelar que el proceso de adaptación aún no ha terminado.

¿Será posible llevar a cabo rápido esta adaptación o gracias al rápido avance de la tecnología nos veremos rápidamente en medio de otro nuevo proceso de cambios en nuestras costumbres?

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