Cada adversidad nos hace más resilientes

De nuestra capacidad resiliente dependerá en muchos casos nuestro futuro, y en todos, nuestra satisfacción y bienestar personal y laboral.

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Nuria Fernández López

El concepto de resiliencia proviene del latín "resilio", referido a la propiedad de las gomas elásticas de recobrar su forma después de haberlas estirado.

A los seres humanos no nos pasa exactamente eso ya que después de haber sufrido una situación de estrés, igual que cuando estiramos la goma, no volvemos exactamente al punto de partida. En nuestro caso, cada vez que experimentamos situaciones que nos llevan al extremo o al límite, algo cambia en nosotros. El cambio nos transforma. A veces puede ser para peor, pero vamos a apostar por que los cambios que se produzcan serán para mejor.

Pensemos entonces que cada cambio o situación crítica que afrontamos nos transforma para mejor, potenciando nuestras capacidades de afrontamiento futuras.

La capacidad de resiliencia no es innata, se puede adquirir, se puede educar, se puede aprender. Es obvio que hay personas que tienden más hacia la resiliencia, lo mismo que hay personas más sociables, pero tanto lo uno como lo otro, se pueden desarrollar.

La resiliencia puede permanecer  invernada y hasta que no enfrentamos una situación que requiera su puesta en marcha no aparecer. A veces,llegado el caso, nos sorprendemos de nuestros propios recursos y capacidades.

La resiliencia está relacionada con la capacidad de enfocarnos ante las adversidades. Enfocarnos al logro, a la solución, a buscar alternativas, a encontrar opciones, posibilidades, etc.

 

 

En el contexto actual hay muchas personas viendo situaciones de gran estrés. Estados que en muchos casos se acentúan y agudizan, porque nos paralizamos y no decidimos enfocarnos hacia encontrar una solución acorde a la situación, sino que de alguna manera seguimos buscando la certeza, la seguridad, el volver al punto de partida, el retornar al estado anterior. Hoy en día, objetivos difícilmente alcanzables.

Nos toca a todos aprender a  resolver de forma urgente, a dar respuestas con seguridad y tranquilidad ante el desconcierto, la incertidumbre y las dificultades.

Las personas más resilientes se caracterizan por:

  • aceptar la realidad que les toca afrontar tal y como es.
  • tener una gran confianza en el futuro, en la vida.
  • enfocarse hacia la solución, hacia la mejora y hacia la superación.

De nuestra capacidad resiliente dependerá en muchos casos nuestro futuro, y en todos, nuestra satisfacción y bienestar personal y laboral. Pensemos que cada vez que afrontamos un reto, una adversidad, un contratiempo, solucionamos un problema, etc,  ponemos un grano más en nuestra capacidad de resiliencia.

 

 

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