Trabajadores figurantes

El mejor trabajador no es el que pasa más horas es su puesto, sino el que consigue sus objetivos en el menor tiempo y con la mayor calidad.

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Nuria Fernández López

En un estudio publicado en 2010 tres investigadores dirigidos por Kimberly D. Elsbach profesora de la Universidad  de California en Davis, entrevistaron a 39 directivos para conocer su percepciones a cerca de sus empleados, y encontraron que los trabajadores que acudían a la oficina en fin de semana o se quedaban hasta última hora, eran percibidas como más comprometidos y dedicados al trabajo.

Algunos de sus comentarios fueron:

"Hay  un empleado que asiste a todas las reuniones. Muchas veces no dice nada, pero llega puntual y la gente se da cuenta. Sin duda, se le considera una persona trabajadora y fiable."

"Trabajar en fin de semana genera muy buena impresión. Transmite el mensaje de que uno aporta algo a su equipo y de que está haciendo un esfuerzo mayor para que el trabajo salga".

Aunque es un estudio bastante reciente,  valorar a las personas por las horas que pasan no es el modo ni más eficaz ni más eficiente.

Tal vez nos hayamos pasado incluso al polo opuesto en donde se mide la eficiencia y efectividad de las personas en base a resultados conseguidos en menor tiempo. De nada ya vale quedarse hasta última hora en la oficina sino se han conseguido los resultados, si no se han alcanzado los objetivos. Hasta es posible que puntúe en contra, salir el último y con los deberes sin hacer.  Ya no vale lo de " me he ido el último y he trabajado el fin de semana", es posible que eso empiece a restar en lugar de sumar.

Una medida de la implicación y el compromiso basada en las horas es un vestigio del pasado. Lo que de verdad importa y contribuye al crecimiento de la empresa son los logros y no las horas. Lo que importa de verdad en conseguir rentabilizar el tiempo que uno pasa en sus puestos y no estirar las jornadas para justificar con la simple presencia el esfuerzo.

Otra cosa muy distinta es el caso de los empleados que ante picos de trabajo o momentos críticos estiran sus jornadas incluso sin que nadie se lo requiera, ya que el tiempo del que disponen no es suficiente para conseguir los resultados u objetivos que ellos creen deberían haber conseguido.  Aunque a priori pueda parecer lo mismo, nada tiene que ver una situación con la otra. En el caso anterior la permanencia en el puesto nada tiene que ver con los resultados conseguidos se busca sólo la visibilidad y a la menor oportunidad se justifica el compromiso con las horas de permanencia.

En el segundo caso el exceso de  horas es una consecuencia inevitable de la propia responsabilidad con  los resultados.

No digo que no haya situaciones en las que todavía se mire mal al que se va a su hora, pero creo que cada vez más se mira peor al que se queda pero sin aportar nada ya que acaba impactando en el trabajo de todos. Lo que es obvio es que todas las empresas quieren  es trabajadores productivos, no figurantes. Existen en la empresa muchos indicadores que permiten valorar el compromiso de una persona con su empresa, hay personas que aunque establecieran su puesto de trabajo como lugar de residencia habitual, jamás aumentarían su compromiso con su empresa. Otras por el contrario aun cuando llegan los últimos y se van los primeros en cada una de sus formas de interacción y relación de puede observar su compromiso y dedicación.

Creo que en este sentido tanto responsables como trabajadores debemos evolucionar en este modelo y orientarnos hacia los resultados,  y para mi no hay mejor trabajador que aquel que hace todo lo posible por cumplir con sus objetivos dentro de su jornada laboral salvo cosas excepcionales, que como tales habría que tratarlos.

 

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