La formación en el punto de mira

La utilidad de la formación se ve salpicada por las gestiones fraudulentas de unos pocos.

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Nuria Fernández López

 

La verdad es que los que nos dedicamos a formación no tenemos respiro. Cuando no es por unas cosas es por otras, el caso es que no hay descanso.

Las noticias de los últimos días no ayudan, escándalos de todo tipo, estafas, corrupción vinculadas a empresarios y sindicatos muestran una foto lamentable de cómo se gestionan los fondos destinados a formación.

Lo triste de todo esto, es que en el observador ajeno al mundo de la formación, queda la sensación de que esto de la formación es un montaje entre unos y otros para llevarse el dinero.

Leía un titular en prensa este fin de semana, "Sólo uno de cada 10 trabajadores reconoce que la formación le ha servido para algo". Eso es lo que queda en la retina de quien lee estas cosas, la formación no sirve, eso sí, hay unos cuantos sin escrúpulos que han hecho de la desviación de los fondos de formación su negocio.

Después de unos cuantos años dedicándome a la formación, algo así como 18, una cosa he podido constatar, la formación es vital para las empresas y las personas, eso sí, una formación coherente, acorde a las necesidades, momentos y evolución presente y futura.

Cuando la formación no sirve, no es achacable a sí misma, sino a cómo se gestiona, como se articula.

 

En estos 18 años ya me ha tocado oír unas cuantas veces eso de: " fui a un curso de formación de esos que no sirven para nada", y es cierto, seguramente no serviría para nada, porque tampoco había ningún interés en que sirviera, era un trámite a cubrir, un expediente a rellenar. Todo eso resta credibilidad a la mayor parte de la formación, la que tiene sentido, la que tiene un objetivo y responde a una necesidad.

Unos pocos sinvergüenzas no pueden servir como reflejo de aquellos que trabajan por mejorar las cualificaciones y competencias de las personas de forma sería y decidida.

Otro de los datos que leía: "en los años 2010 y 2011, más del 90% de los participantes en cursos de formación informaron que no les había servido para nada". Nuevamente demagogia y datos descontextualizados que generan una mal sensación de lo que representa la formación. Habrá que ver qué cursos, para quien, con qué objetivo, con qué recursos, en qué condiciones, etc.

La formación no técnica siempre ha requerido de una justificación, va acompañada de una explicación de por qué es importante y necesaria, ya que siempre ha estado y continúa estando en el punto de mira en cuando a su utilidad. Cuando alguien te pregunta ¿a qué te dedicas? y respondes  que trabajas en "formación", te miran como si estuvieras llevándote dinero por no hacer nada, o por hacer algo que no sirve para nada. Por eso, estas noticias dan tanto coraje, ya que aunque sean unos pocos, hacen mucho ruido, y el "runrún" es muy difícil de minimizar.

Por otro lado cuando se cuestiona la utilidad de determinadas formaciones, siempre me he preguntado, qué sería de esas organizaciones, si realmente esa formación dejara de impartirse, o qué pasaría si esa formación, empieza a  impartirse con un criterio de impacto real y no como un expediente a cubrir.

 

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