Los sensibles a la crítica.

Las personas con miedo a recibir críticas suelen comportarse tratando de agradar siempre a los demás aunque ello les suponga una renuncia a sí mismas.

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Nuria Fernández López

 

Recibir una crítica no es algo que resulte agradable para nadie, ahora bien, hay personas que no gustándole que las critiquen intentan sacar algo en claro, y hay para quien la crítica es un hecho esencialmente dramático. En general a todos nos gusta cuando los demás nos alaban y aprueban lo que realizamos, sin embargo esta actitud puede convertirse en una necesidad patológica cuando nos lleva a depender de la aprobación de los demás para sentirnos bien. Hay muchas personas para las que su bienestar pasa por lo que los demás hagan, digan y opinen con respecto a ellas. En general, las personas con hipersensibilidad a la crítica suelen adoptar una actitud sumisa y pasiva ante los demás.

Partiendo entonces del hecho de que la crítica es dolorosa para todos, las personas especialmente sensibles a las críticas hace de ello un mundo y por lo general, suelen sorprender con sus reacciones desproporcionadas, en muchas ocasiones cargadas de enfado e ira.

Para las personas sensibles a las críticas no importa si el contenido del comentario es algo secundario, si el crítico es alguien que carece de relevancia, no importa incluso si la crítica es cierta o no, o va precedida de innumerables halagos y elogios. Simplemente al sentirse criticado su autoestima se ve afectada, su seguridad se tambalea y su comportamiento es esencialmente defensivo. Normalmente detrás de esta actitud defensiva y alarmante suele estar oculto un comportamiento perfeccionista con pánico a cometer errores, que se asienta en la idea irracional de querer-poder hacerlo todo bien, y complacer a todos.

La crítica vendría a ser una demostración de que las cosas no han sido perfectas. Las personas con una especial sensibilidad a las críticas son expertas en obviar el resto de información disponible y se concentran en la parte negativa de cualquier comentario, volviendo sobre él una y otra vez. No son capaces de ver más allá.

A pesar de que a nadie nos gustan que nos señalen nuestros errores, aquí van una serie de recomendaciones que pueden venirnos bien a todos, especialmente a las personas sensibles a las críticas:

  • Poner límite a las críticas: Las críticas van dirigidas a un comportamiento concreto, no a la persona. Hay que entender que la crítica se dirige a lo que uno "hace", no a lo que uno "es".
  • La crítica está limitada a un comportamiento concreto y no se generaliza a comportamientos anteriores o futuros.
  • Desechar las ideas irracionales relacionadas con la perfección. Los errores son inevitables y la perfección es imposible.
  • Buscar información con respecto a la crítica. Normalmente nos disgusta tanto que nos critiquen que no intentamos realmente comprender lo que hay detrás de la crítica. Sólo cuando sepamos lo que realmente quiere decir quién nos critica, sabremos si la crítica nos resultará útil o no.
  • Dar cabida a la crítica y aceptarla como algo normal y esperable que forma parte de las relaciones humanas, en donde cada uno tiene sus propias motivaciones, intereses y necesidades.
  • Estar en desacuerdo con otros, o comportarnos de manera  diferente a lo que otros esperan no nos cuestiona como personas. Los criterios y opiniones de lo demás tienen la misma validez que los nuestros. Aunque no por ello debemos dejar de prestar a tención a cualquier información con respecto a nuestro comportamiento, ya que puede ser una buena oportunidad para detectar áreas de mejora y cambio.

 

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