El hábito de las "inocentes suposiciones"

Suposición: aquello que se supone. Se entiende por suposición el juicio que se forma de las cosas o sucesos por indicios y observaciones.

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Nuria Fernández López

Una suposición viene a ser una idea o circunstancia que una persona considera que es cierta, sin estar completamente segura de ella. Implica dar por hecho algo sin molestarnos en buscar pruebas para apoyar nuestro razonamiento." Lo supuesto se da por sentado cuando aún no ha sucedido, o pese a que no existan pruebas al respecto". Son sinónimos de suposición: conjetura, corazonada, presunción, atisbo y todos ellos tienen como denominador común un componente especulativo, en donde no existe base para llegar a una conclusión.
Es característico en las suposiciones buscar explicaciones a los hechos y, a continuación, reforzar dichas explicaciones con sucesivos pensamientos y comentarios. El problema principal que acarrea esta circunstancia es que la persona que supone, generalmente termina creyendo aquel hecho "creado" por él mismo. Lo más grave es que, en muchos casos, con el paso del tiempo, ni siquiera se recuerda el origen de tal afirmación.
Con frecuencia, y más habitual de lo deseado, una simple suposición generada por la "inocente costumbre" de hablar sin fundamento termina transformada en un falso rumor o a lo peor, en una mentira convertida a "verdad.
La personas con tendencia a la suposición, o sea, los "especuladores profesionales" deben tomar en consideración que aunque cuando lanzan su suposición añadan la muletilla de "esta es mi opinión personal", cuando el comentario echa a correr, después de unas cuantas estaciones, el apostillamiento "opinión personal", tiende a omitirse y a partir de ahí cualquier cosa es ya esperable. Todos hemos sido testigos de esto en múltiples ocasiones. De hecho la dinámica del "teléfono escacharrado" que se utiliza frecuentemente en formación no es más que una ilustración de este hecho. Suponer puede arruinar la reputación de otra persona. Se puede crear y transmitir una imagen totalmente distorsionada y falsa de la persona a partir de las" simples e inocentes suposiciones".
Las suposiciones no siempre tienen que ver con el comportamiento ajeno. Esta tendencia especulativa no siempre está dirigida hacia fuera, en muchas ocasiones también la dirigimos hacia nosotros mismos, generando pensamientos y creencias que nos están basadas en hechos reales sino en presunciones. Aún si la suposición no es tomada como cierta, genera emociones y las emociones son difíciles de borrar. Y aun cuando seamos capaces de borrarlas quedarán los residuos de la sospecha y cierta predisposición negativa.

 

 

Otro hecho lamentable relacionado con las suposiciones, es que en la mayoría de los casos las suposiciones son negativas. Una teoría dice que esto se debe al instinto de supervivencia, porque a través del desarrollo del ser humano se prestaba más atención cuando alguien decía: "Esa serpiente es venenosa", que cuando alguien decía "¡Qué bonito atardecer!". Según dicha teoría, esto llevó a que demos más peso a cosas negativas y que, por ende, le asignemos más credibilidad. En otras palabras, en forma inconsciente y para preservarnos, estamos predispuestos a pensar lo peor, esto es lo que afirma esta teoría.
Otro elemento relacionado con el hecho de la suposición es que por norma general tendemos a suponer que muchas de las cosas que suceden a nuestro alrededor tienen que ver con nosotros personalmente, que los demás saben lo que nosotros queremos o deseamos, y que los demás reaccionarán igual que nosotros ante las mismas circunstancias y hechos. El problema radica en que ninguna de estas suposiciones es cierta, y actuar basándonos en alguna de ellas puede llegar a ser desastroso para las personas involucradas, incluyéndonos a nosotros mismos.

La clave para resolver esta tendencia a la suposición está en aprender a buscar y contrastar información antes de lanzar nuestro pensamiento contra otros o contra nosotros mismos. El diálogo y las preguntas para cerciorarnos de los hechos suelen ser una buena opción. A veces incluso podemos plantearnos si es un asunto que realmente nos incumba, y de no ser así, tal vez sea mejor opción ocuparnos de nuestros propios asuntos.

 

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