Aunque todo el mundo diga que es imposible, puede que no lo sea.

Bookmark and Share

Nuria Fernández López

Una historia real bastante usada en charlas motivacionales:

En 1954, Roger Bannister se convirtió en el primer hombre en el mundo en correr una milla en menos de cuatro minutos. Lo hizo, exactamente, en 3.59,4 minutos. Hasta entonces, se había establecido la creencia popular de que ningún ser humano era capaz de hacerlo. Había estudios científicos que afirmaban que nuestro cuerpo no estaba fisiológicamente preparado para conseguirlo. Salieron médicos que aseguraban que quien lo intentara podría colapsar. Sin embargo, solo unas semanas después de este récord, tras años de intentos fallidos de atletas de todo el mundo, otro deportista logró bajar la marca de Bannister. Después vinieron otros muchos.

Este hito nos sirve como excusa para apuntalar, por si alguien todavía lo duda, las claves de la motivación, elemento determinante de cualquier logro. No puede haber logro si no hay motivación como motor de empuje de cualquier comportamiento.

La clave de la motivación dicha una y mil veces, viene de la mano de la autoconfianza, el poder que tiene decirnos a nosotros mismos que podemos, o el de darnos permiso sin auto barreras para al menos intentarlo, con independencia de los mensajes del entorno.

Está claro que, si Bannister no hubiera obviado los mensajes del entorno, y no hubiera creído que era posible, nunca hubiese logrado lo que consiguió.

Viene a cuento aquí también un recurso muy utilizado en formación, la fábula del elefante encadenado que aparece en el libro de Cuentos para Pensar de J. Bucay. Resumiendo.

...Como es posible que el gran elefante con su gran poder y fuerza viva encadenado a una estaca, y no haga ningún intento de escapar de dicha situación. Visto desde fuera parecería que un simple tirón le liberaría de la esclavitud. El problema radica en que la esclavitud está asentada en la limitación que el mismo tiene en su cabeza. No hay intento, porque el mensaje de sumisión está tan arraigado dentro de él, que es eso lo que lo somete verdaderamente.

En el cuento se nos dice que seguramente el elefante cuando era pequeño y no tenía fuerza suficiente intentó escapar, y viendo que no era posible, instaló dentro de si esta imposibilidad y así la conserva aun cuando las circunstancias ya cambiaron y su poder es otro...

Estar convencido de que no se puede hacer nada limita la posibilidad de mejora, de superación, de afrontamiento y de cambio. Si instalamos el chip dentro de nuestra cabeza de que "hagas lo que hagas no vas a conseguirlo", se merma la autoconfianza y cualquier probabilidad de logro.

En varios experimentos publicados en Psychological Science, los investigadores de la Universidad de Chicago, llegaron a la conclusión de que "las personas sobreestiman cuánto mejoran sus habilidades después de observar el desempeño de otros. Después de ver un vídeo de un bailarín explicando cómo se hace el moonwalk, te crees más capaz de hacerlo. Pero a la hora de la verdad, se te da igual de mal que si no lo hubieras visto. Los observadores mejoran su confianza, pero no su capacidad". Lo interesante de este estudio es que viene a decirnos que "el aumento de la confianza en las propias capacidades es lo que realmente determina la posibilidad de mejora" Nada había cambiado a nivel de competencias ni capacidades en los observadores después de ver un simple vídeo, solamente la autoconciencia de hacerlo.

Esto mismo sucedió con los atletas que superaron marcas una vez lo consiguió Bannister. Probablemente antes, muchos como luego se vio, estarían preparados, pero esa puerta estaba cerrada y nadie se cuestionaba abrirla, hasta que alguien llegó y se planteó, ¿y porque no?

Esta historia se repite en diferentes disciplinas, y la vemos y experimentamos cada día.

La motivación es realmente el motor que todo lo impulsa, el gran caballo de batalla de organizaciones, educadores, etc. El gran reto es encender esa chispa a partir de la cual cualquier esfuerzo se percibe como algo positivo que nos aproxima a la meta deseada, y por más esfuerzo que haya detrás, pesa más el valor de logro que la disciplina del día a día.

 

Grupo Finsi | NM formación y consultoría | Davinchi