Superar la ansiedad del confinamiento y miedo al futuro.

Los días se suceden y con ellos la preocupación, el miedo, la duda, la incertidumbre.

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Nuria Fernández López

Nunca antes hemos vivido algo ni parecido a la situación actual, es normal por tanto, experimentar distintos estados emocionales a lo largo del tiempo, incluso es normal que acabemos experimentando estados más o menos permanentes de ansiedad.

Es muy posible que con el paso de los días vayamos sintiendo más emociones negativas, y aunque puede surgir la tentación de ignorarlas, lo cierto es que solo sintiéndolas y aceptándolas seremos capaces de canalizarlas. Sentimientos de miedo, frustración, rabia, incertidumbre, desmotivación, tristeza son cada vez más frecuentes y se van instalando con mayor intensidad con el paso de los días.

Los datos indican que los cuadros de ansiedad y depresión han ido en aumento, y hay una previsión al alza del número de consultas por este motivo post-coronavirus.

Es importante eliminar cualquier estigmatización. Hemos estado y continuamos estando sometidos a mucha presión e incertidumbre, dos detonadores potentes en los cuadros de ansiedad. La ansiedad cuando nos desborda tiene su base principal en nuestros pensamientos, pensamientos de anticipación negativa cuando nos ponemos en lo peor, que nos paralizan, desgastan y bloquean.

A nivel práctico y sabiendo que no hay recetas mágicas, estas son algunas de las claves para poder minimizar su impacto:

  • El primer paso siempre es reconocer las propias emociones y aceptarlas. Puede ser de ayuda compartir nuestras preocupaciones con las personas de nuestro entorno, pueden servirnos de apoyo, y al mismo tiempo comprobamos que no solo nosotros tenemos determinado tipo de pensamientos y preocupaciones.
  • En la medida de lo posible, hacer una vida normal y seguir rutinas que nos mantengan activos, con nuestra mente centrada en la tarea. Concentrar nuestra atención en las tareas y rutinas diarias evita la divagación a futuro.
  • Tratar de distanciarnos de los pensamientos negativos que nos están generando malestar, intentar mantener una postura lo más optimista posible, en general, somos más fuertes y capaces de lo que creemos. Pueden ser de gran ayuda aprender a centrarse en el momento presente con técnicas de Mindfulness.
  • Alejarnos del intento de controlarlo todo. La necesidad de control en general y en particular en una situación como esta, nos conduce a la ansiedad, ya que sobre gran parte de lo que sucede en nuestras vidas no tenemos el control que desearíamos, las circunstancias y acontecimientos se escapan a nuestros deseos, pero lo que sí podemos es aprender a reaccionar a este hecho de la forma más saludable emocionalmente.
  • Ante un conflicto intentar gestionarlo, no pretender que los problemas desaparezcan. En muchas ocasiones, ante la adversidad, nos metemos en una tela de araña dando vueltas de manera recurrente a porque ha sucedido algo, la luz viene cuando nos enfocamos en encontrar soluciones y salidas desde nuestras circunstancias y el momento actual.
  • Recordar que en el pasado también hubo momentos difíciles y logramos superarlos.
  • No hay que olvidar otros aspectos también vitales como: la alimentación, el descanso, y el ejercicio físico.

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