Los desafíos que está suponiendo el teletrabajo en los equipos y su gestión

El teletrabajo o trabajo en remoto que hasta hace poco era una ilusión para muchas personas, se ha convertido de la noche a la mañana en la única forma de trabajar.

Parece que ha venido para quedarse definitivamente. Las soluciones de teletrabajo que se están implementando ante esta crisis sanitaria pueden ser una oportunidad para su adopción de forma más generalizada. Si previo a la situación actual muchas empresas albergaban serias dudas, la experiencia ha demostrado que muchos de estos miedos eran infundados, de hecho, estudios previos ya señalaban como aspectos positivos: el aumento de productividad, la retención de los trabajadores, reducción de la rotación laboral, incremento del compromiso con la organización, mejora del rendimiento de las personas, reducción de algunos costes, etc.

No obstante, la actual situación ha empujado a muchas empresas al teletrabajo a marchas forzadas, lo que está suponiendo para managers y equipos aprender a gestionar de urgencia toda una serie de situaciones nuevas y sin anestesia en la mayoría de los casos.

Veamos a que retos debemos enfrentarnos:

• El desafío de la comunicación: prevenir el sentimiento de desconexión entre compañeros y con la propia empresa es clave. Para evitarlo es importante el uso de distintos tipos de canales digitales y la programación de encuentros periódicos que posibiliten la comunicación, las relaciones y eviten la desconexión mental y la desvinculación.
• Liderazgo en remoto: aparece la figura del líder digital o jefe virtual, que debe hacer un gran esfuerzo para rediseñar, planificar, delegar, comunicar, gestionar el trabajo y evaluar resultados en un entorno y circunstancias no previstas e implementadas con carácter de urgencia.
• Peligro de la hiper conexión. A veces resulta difícil desconectar. Muchas personas ya empiezan a notar los efectos del estrés al estar hiper conectados, ya que la separación casa-trabajo se desdibuja y el riesgo es estar más horas que nunca delante de la pantalla en jornadas hiper extendidas.
• Horarios de trabajos verdaderamente flexibles: trabajar en remoto implica trabajar desde un auténtico modelo de flexibilidad, que favorezca una verdadera conciliación laboral y familiar, siempre que se respeten unas ciertas reglas básicas acordadas previamente y sea factible por puesto o funciones, la jornada debería flexibilizarse de la forma que resulte más efectiva. Esto impactará en la motivación y la productividad, aunque a veces no es fácil gestionar esta flexibilidad y se pierden los límites.
• Modelos de evaluación y seguimiento: ante la urgencia muchas empresas se han lanzado al teletrabajo sin disponer de sistemas que les permitan hacer un seguimiento de tareas y una evaluación de grado de cumplimiento de objetivos. Este seguimiento en un modelo de trabajo en remoto es fundamental y es la manera de disponer de información y datos para poder evaluar el nivel de eficacia y rentabilidad del trabajo en remoto. Lo que no se mide no se puede gestionar.
• Entornos inadecuados de trabajo: para realizar el trabajo de manera eficiente se necesita de un espacio adecuado, con luz, sin ruido, ventilación, equipamiento tecnológico, privacidad, estas condiciones aunque al principio debido a la urgencia no existieran, debemos tenerlas en cuenta porque inciden directamente en la concentración y la calidad del trabajo.
• Rutinas, horarios y límites. El teletrabajo implica disciplina y autocontrol, hay muchos peligros acechando, es importante una buena organización y planificación con rutinas y horarios definidos. El hecho de que se abra un espacio laboral dentro de la propia casa puede causar distracción y dificultad para establecer límites entre lo personal, lo familiar y lo laboral.

La situación que estamos viviendo en modo emergencia y casi sin darnos cuenta, está suponiendo una auténtica revolución en el modo de trabajo, que con toda seguridad, supondrá un cambio cualitativo, y en muchos aspectos no habrá vuelta atrás. La experiencia generada con el teletrabajo, organizado, con buenas prácticas de gestión y colaboración, marcará una nueva era para empresas y trabajadores.