Acuérdate de soltar el vaso

Preocupaciones y pensamientos negativos, si ocupan tu mente un rato, no pasa nada, si piensas en ellos todo el día, empiezan a doler y si piensas en ellos continuamente acabarán paralizándote.

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Nuria Fernández López

Un psicólogo, en una sesión grupal, levantó un vaso de agua. Todo el mundo esperaba la típica pregunta: "¿Está medio lleno o medio vacío?" Sin embargo, preguntó: - ¿Cuánto pesa este vaso? Las respuestas variaron entre 200 y 250 gramos. El psicólogo respondió: «El peso absoluto no es importante. Depende de cuánto tiempo lo sostengo. Si lo sostengo un minuto, no es problema. Si lo sostengo una hora, me dolerá el brazo. Si lo sostengo un día, mi brazo se entumecerá y paralizará. El peso del vaso no cambia, es siempre el mismo. Pero cuanto más tiempo lo sujeto, más pesado, y más difícil de soportar se vuelve.»

Muchas veces nuestra mente nos juega malas pasadas: exageramos, generalizamos, anticipamos, sacamos conclusiones ilógicas.. y sufrimos por nuestros propios pensamientos negativos irracionales.

El primer paso para salir de esta trampa es cuestionar nuestros propios pensamientos,  ponerlos en duda y ver si existen otras posibilidades más razonables, más realistas, o más respaldadas por los hechos concretos o la evidencia.

Cuando valoramos y juzgamos una situación con frecuencia cometemos alguna de estas distorsiones:

  • Adivinación de intenciones negativas en los demás o interpretación de los pensamientos del otro.
  • Anticipación de consecuencias negativas.
  • Seleccionar únicamente los detalles negativos de la situación, ignorando lo demás.
  • Extraer juicios de valor a partir de un solo hecho.
  • Atribuirnos la causa o responsabilidad de todo lo negativo.
  • Considerar como fracaso todo lo que no responda a nuestras expectativas máximas, y exageradas.
  • Quitar importancia a los propios éxitos o rasgos positivos, y considerarlos "lo normal".

Este tipo de pensamientos son ilógicos, catastróficos, poco precisos, rígidos y negativos. El "quid" de la cuestión es que sufrimos más de la cuenta cuando nos quedamos enganchados en estos pensamientos irracionales negativos.

Ser consciente de los pensamientos negativos, y analizarlos racionalmente es el primer paso.  El reto está en despegarme de la "película negativa" que me monto. El tema no es no tener pensamientos negativos, todos tenemos. El problema no son los pensamientos negativos sino el dejarnos arrastrar por ellos y perder el rumbo.

Nuestros pensamientos negativos y preocupaciones a menudo nos hacen sufrir más de la cuenta: siendo intrusivos, recurrentes, exagerados. Nos sentimos dentro de una "nube" que, valga la redundancia, nos nubla la visión y no podemos disfrutar de otras cosas o ver más allá. Cuando estamos "dentro" de nuestros pensamientos no vemos las cosas en perspectiva: sino que vemos de manera magnificada aquello a lo que le estamos dando vueltas.

No te creas todo lo que piensas: En primer lugar ser conscientes de que nuestros pensamientos son eso: pensamientos. No son la realidad. Nuestros pensamientos y preocupaciones son nuestra interpretación y elaboración de la realidad... no la realidad en sí.

Cuidado con quedarte enganchado, hay que "soltar el vaso", conectar con el presente. Darle vueltas está bien un rato, pero sostener una preocupación todo el día de manera ininterrumpida te consumirá mucha energía y no ayudará a encontrar soluciones.

 

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