Tienes de todo, y ahora... ¿Qué te regalo yo?

Las fiestas navideñas en muchas ocasiones acaban convirtiéndose es una verdadera hazaña en la búsqueda del regalo apropiado, o mejor dicho,  en la búsqueda de algo que deseen y no tengan ya, aquellos a los que queremos agasajar.

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Nuria Fernández López

No se si os pasará lo mismo a vosotros, pero para mi cada vez resulta más difícil el asunto de los regalos navideños. Ya unas semanas antes de que se acerque la nochebuena o los Reyes, según las costumbres de cada uno, la cabeza está a mil por hora intentando encontrar el regalo perfecto. Cosa que es bastante complicada, por cierto. 

Si se trata de niños, es prácticamente imposible, ya que hoy en dia, hay una probabilidad muy baja de regalarle algo a un niño que no tenga ya. Y si se trata de un adulto, el caso es prácticamente el mismo. Si miramos a nuestro alrededor encontramos a pocas personas que no se encarguen ellas mismas de proveerse de todo lo que necesitan, y de lo que no necesitan.

En estos días la pregunta habitual es ¿que te han traído los Reyes? Si es un niño,  en muchos casos son tantas cosas que ya ni se acuerdan cuando se lo preguntas, y si es un adulto, es probable que esboce una sonrisa por algunas de las cosas que le han regalado, ya que a veces parece que el objetivo es  entregar un paquete, sea lo que sea,  y así puede uno encontrarse sin saber que hacer con una máquina de perritos calientes, como me comentaba un compañero de trabajo el pasado viernes, en ausencia de  una afición culinaria de estas características por su parte.

Por otro lado también es cierto,  que los regalos desafortunados, invitan al ingenio de cada uno a buscar la mejor forma de deshacerse de ellos. Estos días en distintos programas de TV ofrecían variadas soluciones, entre ellas venderlos por "ebay".

Por otro lado yo recuerdo que antes, hace unos 10 años por poner una fecha, esto no sucedía, incluso te costaba decidir qué regalar, ya que era bastante probable que la persona/s en las que pensabas tuviera varias cosas que necesitaban o le vinieran bien. Incluso con los niños podías decidir con cierta relajación y seguridad.

Menos mal que están los tan socorridos tickets regalo, para cambiarlo todo sin problema, ya casi se da por sentado que así será, en las propias tiendas ya te preguntan si lo quieres, seguro que  ellos mejor que nadie saben la cantidad de regalos que se devuelven o cambian.

Esta posibilidad de cambiar y devolver, unido a que tenemos de todo, ha hecho que ya en muchos casos, ni nos preocupemos por buscar algo acorde con la persona a la que regalamos, cogemos lo primero que vemos, el ticket regalo, y luego ya el agasajado, buscará. Y así no perdemos tiempo...

Así, visto en perspectiva, da un poco de pena, ya que algo en principio bonito y motivo de satisfacción como es la posibilidad de poder obsequiar a las personas que queremos con algo que les guste, se ha convertido en un desenfreno hacia el tener por tener, comprar por comprar. Tal vez aunque pueda resultar un poco moralista, debiéramos mirar hacia nuestro alrededor y ver que pasa con las personas que no tienen de todo, y aprender de ellos la alegría con la que reciben y comparten.

A veces parece que lo bueno que se deriva de los momentos que vivimos, acaba ensombreciéndose porque no sabemos regularlo y gestionarlo de manera positiva.

Como siempre,  vuestros comentarios seguro que serán muy interesantes...

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