El truco del 5%

Tres meses después de Año Nuevo, ¿cuántos de tus propósitos siguen en pie? ¿Has conseguido cambiar algo? ¿Cómo van tus objetivos para el año? Es posible que las cosas no vayan precisamente como las habías planificado. Pero es normal. Cambiar no es fácil y normalmente la vida no nos pone precisamente en bandeja la mejora.

Pero siempre hay alguna cosa que podemos hacer. O al menos intentar. El truco del 5% puede sernos de ayuda. Este truco ha sido creado por Nathaniel Branden, considerado el padre de la psicología de la autoestima.

Se basa en la teoría de que tratar de cambiar de forma rápida y radical no sólo suele ser difícil, sino que, además, genera miedo, incertidumbre y resistencia. Mediante esta técnica, por el contrario, se van dando pasos pequeños para la mejora, lo que facilita el proceso de cambio.

Branden usa este truco como parte de un programa que puede tener dos objetivos:

• Mejorar la autoestima, que se fundamenta en lo que él ha denominado los seis pilares de la autoestima.
• Mejorar la auto-responsabilidad: se trata de tomar una mayor responsabilidad en todas las áreas de nuestra vida: nuestra carrera, las relaciones interpersonales que establecemos, nuestras finanzas, el sentimiento de felicidad que experimentamos...

El truco se asienta en la técnica de completar una frase. Frases como: "Si fuese un 5% más responsable hoy......" o, "Si fuera un 5% menos perezoso/a hoy....". El hueco se completa a diario con algo, un objetivo sencillo para ese día. Y luego, por supuesto, se tiene que cumplir.

Con el poco tiempo del que disponemos es fácil que tengamos que dejar de lado actividades que nos gustan, pero incluso otras que tampoco nos resultan agradables se quedan en lista de espera. Ir al médico o al dentista, revisar el armario para quitar ropa, arreglar un pequeño desperfecto en casa, cepillar al perro, lavar el coche...

No se trata de cosas complejas, pero sí esas pequeñas tareas que poco a poco se van acumulando en nuestro día a día y que, cuando han creado un gran montón, nos empiezan a agobiar hasta tal punto que pueden hacernos sentir mal con nosotros mismos. Con un montón de cosas pendientes y muy pocas ganas de hacerlas, la autocrítica puede acabar siendo despiadada y los pocos descansos o tiempo dedicado a uno mismo no se disfrutan porque la mente sigue centrada en lo que sí deberíamos estar haciendo.

Parece una tontería, pero ir poco a poco gestionando estas pequeñas tareas puede ir quitándonos un gran peso de encima y mejorar claramente nuestra sensación de control sobre nuestra propia vida, nuestra percepción de autoeficacia y, por ende, hacernos sentir más felices.

Un 5% es una cantidad tan pequeña y tan inofensiva que nos permite sobreponernos al miedo que nos pueda surgir al cambio y hasta la procrastinación o pereza. Además, como cada día podemos rellenar la frase con una cosa distinta, vencemos el aburrimiento y la rutina. Incluso, favorece la creatividad haciéndonos pensar en nuevas cosas que podemos intentar. Así que, poco a poco podremos ir pasando de tareas menos agradables que no nos queda más remedio que llevar a cabo a otras que nos apetecen más, pero a las que nunca somos capaces de encontrarle un hueco.