Esa vocecita que nos habla

"Tu peor enemigo no te puede dañar tanto como tus propios pensamientos. Ni tu padre, ni tu madre, ni tu amigo más querido, te pueden ayudar tanto como tu propia mente disciplinada." (Buda)

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Patricia Lanza

 

El diálogo interno es esa vocecita que tenemos en nuestra cabeza y, que si nos damos cuenta, no para de hablar en todo el día. No se trata de oír voces que nos digan que matemos a alguien  ni de ir hablando solo por el parque (aunque si alguno lo hace, que tampoco se preocupe excesivamente, seguramente es que piensa en alto. Yo lo hago a menudo). Son más bien esos pensamientos que no paran de rondar por nuestra cabeza porque, nos guste o no, pocas cosas hay más activas que el cerebro humano. Poner la mente en blanco es una utopía que muy difícilmente podemos lograr a no ser que dediquemos muchas horas a la práctica.

Y como casi ninguno nos dedicamos al entrenamiento mental, es inevitable que estemos constantemente escuchando esa voz. Si en algún momento no la oímos, no es porque no esté ahí, sino más bien porque no la estamos prestando atención. Pero sigue ahí. Y si no me creéis, intentad la famosa prueba de: "pon la mente en blanco e intenta no pensar en un elefante rosa". Luego me contáis cuántos elefantes rosas visualizáis en un momento.

Ese diálogo está ahí, a veces para bien, diciéndonos cosas como "Lo he clavado, esto es lo mío", "Puedo conseguirlo"... y en otros casos para mal ("No valgo para nada", "Es imposible"...). Nuestra voz interior tiene un poder inigualable tanto para motivarnos y hacernos sentir bien, como para hundirnos en el más profundo de los pozos.

Tampoco es tan raro que si cualquier persona que nos rodea puede animarnos o desmotivarnos, más fácilmente lo logre una voz que nos persigue a todas partes. 24 horas de Pepito Grillo son muchas horas.

Así que dado que es muy complicado librarnos de ella, lo mejor que podemos hacer es intentar domarla un poco para que lo que nos diga tenga como resultado una mejora de nuestra autoestima y motivación.

Vamos a ver 5 tipos de voces que pueden guiarnos, empujarnos, fortalecernos, ayudarnos a afrontar dificultades... En resumen, 5 tipos de voces positivas que deberían escucharse más alto que cualquier otra.

  1. La voz de la razón: es la voz que se trata de fomentar en la terapia cognitivo-conductual. La que se dedica a interceptar esos pensamientos distorsionados que nos afectan negativamente, para cambiarlos por otros más realistas y positivos. Por ejemplo, esa voz que recoge el pensamiento: "Todo el mundo me odia" y lo cambia por algo más ajustado a la realidad: "Puede que a Fulanito no le guste, pero no puedo gustarle a todo el mundo y hay mucha otra gente que sí me estima".
  2. La voz de la compasión: esa que asume que en determinados momentos es posible que te sientas triste, enfadado, frustrado... y que te da un poco de cuartelillo. La que muestra la compasión contigo mismo que se necesita para poder mostrar posteriormente compasión por los demás. La que te dice cosas como: "Es cierto, has metido la pata. Pero tú también tienes derecho a equivocarte. Nadie es perfecto."
  3. La voz de los valores: esa que te recuerda tus valores más básicos y las metas y prioridades de tu vida. Porque tener siempre en mente qué es lo más importante para ti te permite perseguir tus metas a largo plazo. Es esa voz que te dice cosas como: "Aunque vengo agotado del trabajo, necesito apuntarme a un gimnasio porque tengo que hacer algo de ejercicio".
  4. La voz de la motivación: es la voz que te da instrucciones concretas en los momentos más difíciles. La que te permite mantener la motivación en los momentos complicados, para no abandonar. Es esa voz que te dice: "Aunque estoy ya aburrido, dedico media hora más para terminar este informe y luego me voy a tomar un café tranquilamente."
  5. La voz de las emociones: es la experta en inteligencia emocional y, como tal, es capaz de identificar lo que estás sintiendo, poner nombre a tus emociones y darlas rienda suelta o calmarte, según lo que más convenga. Es capaz de proporcionarte estrategias para expresar las emociones negativas de un modo más positivo o adecuado. Te dice cosas como: "He llegado a mi límite y ahora mismo le mataría porque estoy realmente cabreado y estresado. Lo mejor que puedo hacer es decirle que lo hablamos mañana."

Recuerda que dominar nuestra mente es una de las tareas más complicadas a las que podemos enfrentarnos, así que todo el trabajo que hagas para fomentar estas voces será un paso en el camino para sentirte mejor. Así que, aunque no lo consigas, dite a ti mismo: "Lo estoy intentando. Aunque hoy lo no lo consiga, estoy haciendo lo correcto". Y sigue intentándolo.

 

 

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