"La Ley de Prevención cumple 20 años: ¿y ahora qué?"

Parece que fue ayer, cuando en el año 1995, los profesionales que nos incorporábamos al ámbito laboral, y sobre todo como es mi caso, con formación académica en el ámbito de las relaciones laborales, empezamos a estudiar la nueva ley publicada que venía a revolucionar el mundo de lo que se conocía hasta entonces como Seguridad e Higiene en el Trabajo.

En la carrera de Graduado Social, ahora relaciones laborales, se estudiaba precisamente una asignatura llamada así, Seguridad e Higiene en el Trabajo. Nos tocaba aprendernos "la Biblia", término que utilizábamos para denominar a la todopoderosa Ordenanza de Seguridad e Higiene en el Trabajo.

La Ley de Prevención de Riesgos Laborales, venía a incorporar conceptos hasta la fecha desconocidos en nuestro ámbito laboral, gestión de la prevención, organización, planes de prevención, información, formación, participación... y un largo etcétera de conceptos y de nuevos modelos de gestión, con el objetivo de implantar en la empresas una nueva cultura de la prevención.

Han pasado 20 años, hemos desarrollado normas específicas, hemos trabajado con las empresas y en las empresas, hemos bajado los índices de siniestralidad, hemos reducido la incidencia de las enfermedades profesionales.... siempre con el objetivo de incorporar una cultura de la prevención tanto en el ámbito empresarial como en los trabajadores que prestamos nuestros servicios en las empresas españolas.

Y todavía hoy, en los principales foros de debate, jornadas técnicas, páginas web especializadas, congresos y ponencias nos seguimos preguntando por qué no hemos conseguido una verdadera cultura de la prevención.

Que no es otra cosa más que, a ninguno nos extrañe ver a una persona/trabajador,  subido a una escalera medio rota, sin estar sujeto a ningún elemento estable, por supuesto sin ninguna protección personal, como puede ser un casco, realizando su trabajo a unos 5 metros de altura.

Paseamos por las calles, sin pararnos a analizar lo que realmente estamos presenciando, que básicamente es una persona en  grave peligro de sufrir un grave accidente e incluso de perder su vida.

Mi reflexión personal al respecto es que, no habremos conseguido implantar una verdadera cultura de la prevención en España, hasta que todos, niños, mayores, profesionales de la prevención y/o cualquier persona que simplemente pasee por la calle y presencie dicha imagen, no sea consciente de que realmente esos comportamientos no deben nunca  reproducirse, y no debemos simplemente ser testigos mudos de dichos comportamientos.

Debemos dar la voz de alarma, cada uno en nuestro ámbito, comunicándolo a nuestros compañeros o superiores, en el ámbito profesional y advirtiendo a nuestros amigos o familiares, en el ámbito personal. Sólo así conseguiremos realmente y por fin, tras muchos años hablar, verdaderamente una cultura de la prevención. 

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