Buenos días, ?has descansado bien hoy?

Dormir mucho y descansar no siempre son sinónimos, veamos como conseguir un verdadero sueño reparador.

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David Fernández

 

Hoy 18 de marzo es el Día Mundial del Sueño.

Dormir es, posiblemente, la actividad a la que más tiempo dedicamos. Si establecemos una saludable media de 8 horas diarias no es complicado extrapolar que dedicaremos un tercio de nuestra vida a ello.

Junto a una dieta equilibrada y a una cantidad adecuada de ejercicio tenemos los pilares que todos los médicos recomiendan para mantenerse sanos, y es que cuando uno de estos tres factores falla, la salud se resiente.

La calidad del sueño podemos medirla basándonos en tres factores:

  • Duración: debe ser suficiente para levantarse fresco y descansado, con energías para emprender las tareas diarias.
  • Continuidad: el sueño debe ser continuo, sin interrupciones, para que el ciclo del sueño sea eficaz
  • Profundidad: un sueño ligero no podrá tener el efecto reparador que nos permita levantarnos verdaderamente descansados.

Y es que la falta de un sueño de calidad es un mal común que sufre hasta un 45% de la población mundial y que repercute en su calidad de vida sin que la mayoría de ellos busquen ayuda profesional para solucionar estos trastornos del sueño que, en su mayoría, son prevenibles o tratables.

 

 

Sueño reparador


En muchas ocasiones nosotros mismos podemos lograr una gran mejora siguiendo unos sencillos consejos, el decálogo de la Asociación Mundial de Medicina del Sueño (WASM):

  1. Establecer un horario habitual para acostarse y levantarse.
  2. Usar una cama con un colchón y una almohada cómodos para lograr una postura adecuada.
  3. Dormir en una habitación bien ventilada con una temperatura agradable.
  4. El silencio y la oscuridad durante el suelo serán nuestros grandes aliados.
  5. Las siestas no deben exceder los 45 minutos.
  6. El alcohol y el tabaco son estimulantes, no se deben consumir en las cuatro horas previas al sueño.
  7. La cafeína y la teína resultan un mal aún peor, las encontramos en café, té, refrescos de cola y en el chocolate. Debemos huir de estos productos en las 6 horas anteriores al momento de acostarnos.
  8. Debemos evitar las cenas pesadas, el picante y el exceso de azúcar. Tampoco es bueno acostarse con el estómago vacío, una cena ligera es lo más recomendable.
  9. El ejercicio es bueno para conciliar el sueño, pero no debemos realizarlo justo antes de dormir.
  10. La habitación debemos usarla solo para dormir, si evitamos que sea nuestro lugar de ocio o trabajo evitaremos que nuestra mente se centre en otra cosa que no sea conciliar el sueño y descansar.

¿Y qué hacer con ese gran enemigo diario que nos despierta cada mañana: el despertador?

Según explica Francisco Segarra, Experto en Medicina del Sueño de la European Sleep Research Society (ESRS), lo más saludable sería acostarnos cuando tenemos sueño y levantarnos cuando nos despertamos descansados, ya que nuestro cuerpo está preparado para acostarnos cuando ya no hay luz y levantarnos cuando amanece.

El uso de la luz eléctrica y el ritmo de vida moderno nos impiden en la mayoría de los casos llevar a cabo esta idea, y nos vemos en la necesidad de usar una alarma para despertarnos.

En ese caso, los expertos recomiendan levantarse con el primer o segundo timbre. Dejar sonar repetidamente a nuestro despertador con la función de “snooze” no nos permite un pequeño descanso extra o la posibilidad de desperezarnos, en realidad cumple la función opuesta, ya que como hemos visto antes, este sueño ligero no cumple la función de un verdadero sueño profundo que si nos permitiría descansar.

Para todos aquellos que están leyendo estas líneas con un café en la mano, intentando emprender las actividades diarias y que aún piensan en lo bien que estaban en su cama porque no han tenido un sueño reparador, les dedicamos el lema de la Asociación Mundial de Medicina del Sueño (WASM), "dormir bien es un sueño alcanzable".

¡Felices y sueños a todos!

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