La habilidad de escuchar es más difícil de encontrar que la de ser un buen orador o comunicador. Existen multitud de formaciones de: " Cómo convertirse en un gran orador" o "Cómo hacer presentaciones impactantes", pero casi ninguna centrada de forma exclusiva en " La escucha". Sin embargo, a pesar de que escuchar parece algo fácil, requiere tiempo y práctica.
La ausencia de esta habilidad es, sin duda, una fuente de conflictos y frustración. La capacidad de escucha afecta a la calidad de las conversaciones, a nuestras relaciones con los demás y con el entorno.
Escuchar significa aceptar a los otros tal cual son, y no como a nosotros nos gustaría que fueran. Implica no precipitarse en nuestras conclusiones.
La capacidad de escuchar es reponsabilidad de todos y cada uno de los miembros de una organización. La persona que habla se siente valorada y respetada al verse escuchada, y esto es, un elemento de motivación y creación de clima positivo muy eficaz.
El que se siente escuchado, se muestra mucho más receptivo y atento también a nuestros mensajes, generándose por tanto, una dinámica de receptividad que sin duda conlleva consecuencias muy positivas para la organización.
Algunos aspectos que podemos y debemos tener en cuenta a la hora de eschuchar son:
El siguiente paso es intentan ponerlos en práctica de manera habitual, y cuanto más practiquemos, más fácil será hacerlo.
"Nada de lo que hoy diga me ensenará nada nuevo, si he de aprender será escuchando".