Desde hace un tiempo las empresas tecnológicas poseen áreas dedicadas únicamente al desarrollo de tecnologías punteras que no están directamente relacionadas con su negocio. Proyectos con alto riesgo de no llegar a nada aplicable, pero a la vez con posibilidades concretas de llegar a cambiar el mundo si tienen éxito.
Uno de estos casos se está dando en la división de desarrollo de Microsoft, en concreto uno de sus proyectos, el llamado Project Florence, a cargo de la investigadora Helene Steiner.
Este desarrollo permite a los jardineros hablar con sus plantas y procesar sus respuestas. El sistema traduce las palabras de la persona en señales que la planta puede interpretar, y a su vez el mismo sistema mide los cambios químicos en la planta y los traduce en palabras. De esta manera se genera una comunicación entre persona y planta, intercambiando señales electrónicas y químicas que abren la puerta a nuevo tipo de tecnología con un impresionante alcance.
El dispositivo creado para esto consiste en una cápsula que contiene a la planta, la cual se conecta a sensores en las hojas y en sus raíces. Los sensores miden los cambios en el aire, la composición química de la tierra y el aire dentro de la cápsula. A su vez el dispositivo posee luces led de colores específicos para generar estímulos en la planta. Por ejemplo, la exposición a destellos de luz de color rojo activa el mecanismo biológico de florecimiento.
Los mensajes enviados a la planta se hacen a partir de un chat que convierte las palabras en pulsos de luz y luego los sensores capturan las señales químicas enviadas por la planta como respuesta a los estímulos lumínicos. Finalmente, las señales de los sensores son traducidas en palabras y se muestran como respuesta.
Aunque el tipo de comunicación que se puede tener con un vegetal es muy básico, es suficiente para desarrollar todo tipo de procesos inteligentes para mejorar el estado de cultivos, sabiendo cuál es el estado y qué necesita cada planta individual. Sin dudas se trata de la evolución de la agricultura sostenible que permitirá multiplicar la producción de alimentos y alcanzar un nivel de desarrollo hasta ahora impensable.
Lo que comenzó como un experimento de arte digital ha acabo convirtiéndose casi en una nueva área de negocio con un tremendo potencial y la capacidad para cambiar el mundo.
¡Hasta el próximo post!