Este fenómeno consiste en la sobrevaloración de las personas sobre su capacidad predictiva. En otras palabras, los acontecimientos nos parecen más obvios y predecibles una vez que han ocurrido.
Dentro de los conocimientos que aporta la Psicología Social, existe un fenómeno llamado "pero-si-yo-ya-lo-sabía" (Myers, 1991) que suele darse en casi todas la personas y que sin duda, está presente en las formaciones.
Este fenómeno consiste en la sobrevaloración de las personas sobre su capacidad predictiva. En otras palabras, los acontecimientos nos parecen más obvios y predecibles una vez que han ocurrido. Así lo afirman una serie de investigaciones llevadas a cabo con este propósito (Slovic & Fischhoff, 1977; Wood, 1979; Leary, 1982; Teigen, 1986).
Así pues, si le preguntamos a una persona si se esperaba el resultado obtenido en un acontecimiento (partido de fútbol, elecciones políticas, investigación, etc.) la persona afirma que el resultado ha sido el esperado, y en consecuencia no se sorprende del resultado.
Dentro del marco de la formación, nos encontramos en numerosas ocasiones que cuando presentamos el contenido a los alumnos, en gran medida, afirman conocerlo y además estar aplicándolo. Sin embargo, podemos comprobar que no es así.
Por ejemplo, si estamos tratando el tema de cómo dar feedback y comentados que es mejor dar primero feedback positivo que negativo, en gran parte los alumnos afirmarán que ya conocían esa regla.
¿Dónde radica el problema?. En que cuando pensamos que conocemos algo prestamos menos atención y menos esfuerzo en la memorización o retención del contenido.
Este ejercicio o dinámica, que se ha utilizado en estudios para comprobar este fenómeno es muy útil en el momento de comenzar una formación donde sospechemos que se puede dar (sobre toda en las que se tratan habilidades).
Explicación del ejercicio:
Se les entrega a la mitad de los alumnos elegidos al azar una tarjeta con la siguiente afirmación seguida de una serie de preguntas:
Según las investigaciones llevadas a cabo en prestigiosas universidades de todo el mundo se ha llegado a la conclusión asombrosa de que las parejas que tienen caracteres distintos tienden a atraerese y por tanto a formar parejas en mayor medida que las parejas que poseen caracteres semejantes.
¿A qué crees que se debe este hecho?
¿Te sorprende el resultado de la investigación o por el contrario pensabas que era así?
A la otra mitad de los alumnos se les entrega otra tarjeta en la que se cambio el resultado de la investigación:
Según las investigaciones llevadas a cabo en prestigiosas universidades de todo el mundo se ha llegado a la conclusión asombrosa de que las parejas que tienen caracteres semejantes tienden a atraerese y por tanto a formar parejas en mayor medida que las parejas que poseen caracteres distintos.
¿A qué crees que se debe este hecho?
¿Te sorprende el resultado de la investigación o por el contrario pensabas que era así?
Evidentemente los alumnos no conocerán que hay diferencias entre las tarjetas. A continuación se recogen las puntuaciones. Lo que interesa es la constestación a la segunda pregunta. A partir de ahí, podremos comprobar que la mayoría de los alumnos opinan que el resultado no les sorprende y eso era lo que ellos pensaban.
En este momento le explicamos el objetivo del ejercicio y el fenómeno pero-si-yo-ya-lo-sabía. Seguramente comenzará un duro debate pues los alumnos intentarán justificar su respuesta y no aceptarán que han sido afectados por dicho fenómeno.
Como conslusión se les pide a los alumnos que estén atentos a los contenidos que se darán en el curso puesto que en algunas ocasiones van a tener la sensación de que conocen la información cuando en realidad no es así.
Para ilustrar este fenómeno se les puede mostrar como los refranes, que encierran la sabiduría popular, están afectados por este fenómeno. En ocasiones, para justificar una situación comentamos " Está claro, ya lo dice el refrán: A quién madruga Dios le ayuda". No obstante, cuando la situación es la contraria solemos decir " Está claro, ya lo dice el refrán: No por mucho madrugar amanece más temprano".