Para algunas personas la jubilación es el momento que han estado esperando toda su vida para poder disfrutar de su tiempo libre, sus aficiones y la familia. Para otras, sin embargo, supone tal cambio en sus rutinas, que la adaptación les resulta casi imposible.
Estamos actualmente en un momento en el que el tema de la jubilación resulta especialmente polémico por la propuesta del Gobierno de retrasar la edad para acceder a esta situación. Las opiniones son variadas al respecto, pero más allá de los temas político, económicos y sociales implicados, se plantea una pregunta mucho más personal sobre cuáles son las expectativas que cada uno nos hemos planteado frente a la jubilación.
Las quejas de muchas personas sobre este retraso en la edad de jubilación surgen, sobre todo, de la percepción que cada uno tenemos sobre cómo nos encontraremos en ese momento. Muchas personas piensan que no estarán en condiciones de enfrentarse adecuadamente a los retos de la vida laboral a partir de los 65 años. Otras, por el contrario, han llegado a esa edad, la han superado y lo que les gustaría es poder seguir en la brecha durante mucho tiempo más.
En cualquier caso, lo que está claro es que la jubilación supone un cambio brusco en la vida de las personas. Son muchos los cambios que se producen:
Atchley (1975) identificó las etapas por las que pasa una persona en su adaptación a la situación de jubilación:
Lo que se ha visto en varios estudios posteriores es que no todo el mundo pasa por todas las etapas ni en el mismo orden, y que estas etapas también tienen una duración distinta en función de cada persona.
De este modo, hay factores personales, sociales y emocionales que facilitan o interfieren en la adaptación a la situación de jubilación como, por ejemplo:
Lo que está claro es que, aparte de algunas variables que no dependen de nosotros, hay otra seria de acciones que podemos ir planificando con tiempo para mejorar nuestra adaptación a esta situación que, antes o después, debería llegar.
Buscarnos aficiones que puedan llenar el tiempo, cultivar relaciones sociales fuera del entorno laboral, planificar económicamente los ingresos que obtendremos... son factores que pueden hacer de nuestra jubilación uno de los mejores momentos de nuestra vida.