Uno de los pilares fundamentales de las ciencias informáticas es sin duda la capacidad de los sistemas para procesar la información de su entorno. Esto es posible gracias a dispositivos electrónicos que convierten los cambios físicos del ambiente en impulsos electrónicos que pueden ser interpretados por sistemas informáticos.
Los sensores están presentes prácticamente en todas partes y convivimos con ellos en nuestra vida diaria. Se encuentran en nuestros teléfonos móviles, en nuestros vehículos, en casi todos los aparatos electrónicos que utilizamos y pueden ser tan comunes como cámaras, micrófonos o GPSs o tan desconocidos como los sensores de los cajeros automáticos, o los que están dentro de los surtidores de las gasolineras.
Los sensores son de una gran variedad de tipos y aplicaciones, y la razón por la que normalmente no los vemos, es porque la mayoría son tan pequeños que se encuentran integrados dentro de las propias placas de microchips.
Uno de los ámbitos con mayor presencia de tecnologías de sensores es el del sector del entretenimiento y los videojuegos. En esto, los sensores tienen un papel fundamental desde hace años, tanto integrados en los mandos, como partes componentes de sistemas de realidad virtual.
Hasta hace pocos meses, Microsoft comercializaba su famoso sensor Kinect, el cual revolucionó la industria del entretenimiento desde el año 2010, cuando fue presentado al mundo como un complemento de su consola de juegos Xbox 360 y como el futuro de las experiencias interactivas. Con la intención de aprovechar el impacto generado por la exitosa consola Nintendo Wii, la idea era simple, levantar al usuario de su asiento y hacer que el mando de la consola fuera el propio cuerpo del jugador.
Se trataba de un sensor de movimientos muy sofisticado que incluía cámaras web, detección por infrarrojos y hasta sonido ambiente con micrófonos incorporados. Esto permitía a los desarrolladores la posibilidad de crear experiencias interactivas con un nivel de exactitud y realismo sin precedentes.
Lo que ocurrió luego no estaba en los planes de nadie, ya que la comunidad de desarrolladores comprendió el potencial de ese sensor y dejó de lado el ámbito del entretenimiento para comenzar a crear toda clase de sistemas con aplicaciones desde el sector industrial hasta el sector médico. A partir de esto Microsoft sacó al mercado una segunda versión, ya orientada al uso en ordenadores y para aplicaciones profesionales.
Microsoft comprendió que la tecnología desarrollada en estos sensores excedía el formato que se le había dado y por eso decidió miniaturizarlo para incorporarlo como parte central de su casco holográfico HoloLens en 2014.
La última evolución de esta tecnología fue iniciada en mayo de este año, al presentarse al mundo un nuevo sensor Kinect, llamado Kinect for Azure.
Aunque la noticia no trascendió más allá de la prensa especializada, se trata de una nueva evolución del antiguo sensor desarrollado para videoconsolas, pero con mucha mayor potencia y homologación industrial, esta vez para aplicaciones totalmente profesionales.
Diseñado exclusivamente para ser utilizado en sistemas en la nube, se trata del primer dispositivo de este tipo pensado para aprovechar las posibilidades que ofrece la inteligencia artificial y el aprendizaje automatizado como servicio.
Sus aplicaciones serán prácticamente ilimitadas, comenzando desde el sector del retail y el neuromarketing, pudiendo, por ejemplo, medir y predecir el comportamiento de clientes en grandes superficies, hasta el control y supervisión automático de procesos industriales. Conducción autónoma de vehículos, operaciones logísticas, gestión autónoma de explotaciones agropecuarias, aplicaciones para el sector de la salud, la seguridad, la gestión energética, etc.
En próximos posts hablaremos de las capacidades concretas de este sensor, que será la punta de lanza de una nueva generación de sistemas que dotarán de sentidos a los futuros sistemas que desarrollemos y que incluirán el uso de capacidades cognitivas.
En Davinchi ya somos parte del grupo de consulta conformado por Microsoft con la idea de definir los últimos detalles de estos sensores, de cara a su lanzamiento oficial en los próximos meses. Esto nos posibilitará ser de las primeras empresas en España en contar con esta nueva tecnología en cuanto pase a estar disponible.
Y como siempre, si desea saber más acerca de este tema o de cualquier otro relacionado a nuevas tecnologías, comparta sus inquietudes con nosotros y no dude en contactarnos.
¡Hasta el próximo post!