Esta historia trata sobre un hombre al que le dijeron que no podía. Esta es la historia que se cuenta en la película "100 metros".
No es el primero ni (afortunadamente) será el último. De hecho, hay más de los que creemos. Personas normales, sin grandes habilidades ni capacidades que, un día, sin previo aviso, la vida les da un revés. Y entonces es cuando hacen lo inesperado: sacan fuerzas de la nada para demostrar al mundo que a base de optimismo, motivación, fuerza de voluntad y esfuerzo (y, por supuesto, una buena dosis de cabezonería) se puede conseguir hacer lo que supuestamente era imposible.
100 metros está basa en una historia real. La de Ramón Arroyo, un hombre normal, con una vida normal al que un día le diagnosticaron esclerosis múltiple. Entonces sus médicos le dijeron que no podría caminar más de 100 metros. Así que con esa vida normal rota decidió lo impensable: presentarse a un Ironman. Con la idea de que "rendirse no era una opción" y yendo pasito a pasito, Ramón Arroyo, el hombre al que le dijeron que no podría caminar 100 metros, ha conseguido terminar ese Ironman, 4 maratones, 8 triatlones olímpicos, 5 medios Ironman y 16 medias maratones.
Para lograr esto no sólo ha tenido que superar sus problemas físicos, sino también muchos otros que conlleva un diagnóstico de este tipo: depresiones, problemas laborales, falta de ayuda personal, estatal y económica, etc.
La película, protagonizada por Dani Rovira, Karra Elejalde y Alexandra Jiménez, a los que estamos acostumbrados a ver en otro tipo de registro, podía haber sido un gran dramón, pero lejos de eso, nos hace reflexionar sobre varios temas: