El controvertido estudio de la naturaleza humana

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Patricia Lanza

Seguro que el nombre de Stanley Milgram os resulta familiar. De casi todos es conocido cómo este psicólogo llevó a cabo en los años 60 uno de los experimentos más controvertidos de la Psicología Social. Un experimento para analizar las bases de la obediencia.

Una película "Experimenter: la historia de Stanley Milgram", protagonizada por Peter Sarsgaard y Winona Ryder, cuenta cómo, intrigado y escandalizado por situaciones como las que se dieron en los campos de concentración nazis durante la Segunda Guerra Mundial, Milgram se puso al frente de un equipo para investigar este comportamiento no tan poco frecuente como desearíamos.

En la película se detalla cuál fue el proceso para llevar a cabo el experimento y las reacciones que suscitó. Extraigo algunos fragmentos que creo que son muy interesantes para entender la motivación de Milgram a la hora de realizarlo y continuar con él a pesar de las críticas y, sobre todo, para reflexionar sobre nosotros mismos y esa naturaleza que rara vez reconocemos que exista en nosotros. Porque, recordemos, que de lo que se le acusaba era de haber engañado a los sujetos experimentales y haberles hecho creer que podían haber matado a una persona, pero.... ¿cómo se les obligaba? Simplemente con una bata blanca. Da mucho que pensar. Como se dice en la película: "Podemos estudiar la naturaleza humana pero no escapar de ella".


"Los experimentos sobre la obediencia se citan y se analizan en casi todos los libros de introducción a la Psicología. Mi película sobre la obediencia se proyecta en West Point a todos los nuevos alumnos y mis métodos y resultados siguen siendo desdeñados y desacreditados. Sin embargo, cada vez que una nueva atrocidad sacude al mundo o se producen actos de violencia sistemáticos, los experimentos vuelven a estar en boca de todos, volviendo a plantear preguntas sin respuesta. Podría decirse que somos marionetas pero yo creo que somos marionetas con percepción, con conciencia. Algunas veces vemos los hilos y, tal vez esa conciencia sea el primer paso hacia nuestra liberación".

 

"Hubo una época en la que la gente daba una respuesta humana ante cualquier situación en la que formábamos parte como seres humanos. Sin embargo ahora la gente no ve la situación al completo, sino una pequeña parte de ella. Se divide el trabajo. Una persona hace un trabajo muy concreto y especializado. No sabemos actuar sin algunas directrices de los de arriba. A esto lo llamo "estado agéntico". El sujeto se somete a la autoridad y al hacerlo queda alienado de sus propias acciones. El estado agéntico es la política de una tienda, es el "sólo hago mi trabajo" o "Eso no es mi trabajo", "Yo no pongo las reglas", "No hacemos eso aquí". En el estado agéntico el individuo se define como un instrumento que cumple los deseos de otros. El soldado, la enfermera, el administrativo, el actor, el empleado de una empresa o, incluso, académicos y artistas. La persona tiene elección. Él o ella decide volverse agéntico pero en cuanto asume el rol es casi imposible volverse atrás".


Te dices a ti mismo, "Yo no haría eso, jamás podría" pero... ¿Qué fue lo que dijo Montaigne?: "Hay una duplicidad en nuestro interior: lo que creemos lo ponemos en duda y no podemos desprendernos de lo que condenamos".

 

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