Los avances tecnológicos que ha originado la Industria 4.0 han ocasionado cambios en todas las áreas de una empresa, incluso en el departamento de recursos humanos.
Las nuevas tecnologías, la hiperconectividad y la movilidad presentan un nuevo escenario empresarial, nuevas oportunidades profesionales y retos para los gestores del talento y profesionales de recursos humanos, conscientes del desajuste que existe en muchas ocasiones entre las competencias de los profesionales que tienen sus plantillas y las que reclama la industria 4.0. Y o bien, es necesario contratar a quienes las tengan o formar a la plantilla para que las adquieran.
El gran reto de los gestores pasa por identificar las fortalezas y necesidades de los nuevos perfiles profesionales, de manera que puedan ayudar a su empresa a evolucionar y posicionarse de forma competitiva y relevante. Los tiempos en los que se podía permanecer en un puesto sin tener prácticamente la necesidad de aprender cosas nuevas mientras durase la vida laboral han quedado en el pasado.
En momento presente y el futuro exigen un modelo de gestión 4.0 que se base tal y como viene evidenciándose en los últimos años en las siguientes claves:
- Formación continua: El aprendizaje y la formación continua para adaptarse de forma eficiente y eficaz son claves. Los trabajadores han de tener acceso a la posibilidad de adquirir y evolucionar sus competencias a través de distintos tipos de oportunidades de aprendizaje que maximicen sus capacidades en los entornos de los que forman parte.
- Employer experience: generar una buena experiencia de empleado supone un valor añadido para la propia empresa. Conseguir que los empleados estén cómodos en su día a día, trabajar por su bienestar, se traducirá en ventajas para la organización ya que los colaboradores serán leales a la empresa y por tanto seguirán implicados y esforzándose por conseguir los mejores resultados.
- Liderazgo 4.0: Los cambios que conlleva la disrupción tecnológica impactan en la estructura de la organización, su cultura, flujos de información, conocimiento, modelos de negocio, de relación con cliente, etc. todo ello obviamente impacta en la forma de gestionar a las personas. Un buen líder debe ser capaz de retener el talento y de construir equipos flexibles y multidisciplinares que sean capaces de responder a las demandas del entorno.
- Entornos colaborativos. El foco ha de estar en los equipos y no en las personas, en diseñar entornos de trabajo basados en trabajar de forma colaborativa. Permitiendo a la organización ser más flexible y adaptarse mejor a los entornos cambiantes, así como las demandas de los clientes y/o consumidores.
- Employer Branding: en un entorno donde el gran reto es la retención y atracción del talento trabajar en la imagen de compañía no sólo hacia sus clientes sino también hacia sus propios empleados y hacia sus posibles candidatos es un reto estratégico si se quiere optar a convencer y conservar a los mejores profesionales.
- Uso Big Data: gracias a una adecuada gestión de datos es posible recopilar información que manejada de forma correcta y organizada permitirá la extracción de información relevante para generar informes y predicciones útiles en la gestión eficaz del talento, procesos de selección, motivación, satisfacción de los empleados, etc.
- Nuevas formas de evaluar el rendimiento: basadas en objetivos bien definidos y feedback continuo.
El escenario 4.0 necesita dirigentes que estén al servicio de las personas, que potencie la colaboración, que hagan sentir seguros a sus trabajadores, que ofrezcan oportunidades de crecimiento, que provean de entornos flexibles y transparentes, que afronten el cambio y la innovación como oportunidades, todo ello, nos hará ser más competitivos y eficaces, más eficientes en la utilización de recursos, y más rentables.