En la actualidad los cambios se han convertido en lo cotidiano. Lo que se considera vigente, puede dejar de serlo a la vuelta de la esquina. La renovación, el aprendizaje y la adaptación son retos continuos a futuro. Los líderes están en el papel de retados de forma continua.
En un contexto tan exigente como el actual, los líderes de las organizaciones han de hacer frente a situaciones ya definidas por las siglas VUCA, volátiles, inciertas, complejas y ambiguas. Esto hace que ante situaciones de tanta presión, en ocasiones se caiga en la tentación del corto plazo, poniendo en riesgo su supervivencia y la de la propia organización.
Para dar respuesta al reto que supone liderar en entornos VUCA, la vigencia de líder dependerá en gran medida de su capacidad para abrir los ojos ante las nuevas realidades y exigencias y afrontarlas hábilmente. Los líderes deben pivotar su formación hacia las nuevas habilidades y capacidades que el contexto demanda.
En este escenario líderes y organizaciones han de preocuparse y ocuparse en desarrollar habilidades y competencias que pongan el énfasis en tres grandes ejes:
- Habilidades relacionadas con la autodisciplina y la autorregulación.
- Habilidades relacionadas con la administración de recursos personales, planificación y visión estratégica.
- Habilidades relacionadas con la interacción, la comprensión y desarrollo de los equipos.
Entrando un poco más al detalle, el foco ha de dirigirse a:
- Inteligencia contextual: inteligencia asociada a entender el entorno particular de la organización, las claves, momentos y actores que lo definen.
- Inteligencia estratégica: capacidad de anticipar tendencias y cambios en el mercado y cadena de valor de la propia organización.
- Agilidad de aprendizaje y adaptabilidad: capacidad de aprender de forma rápida y a partir de las experiencias, siendo capaces de transferir el aprendizaje a nuevos contextos.
- Visión: capacidad de encontrar el sentido a la realidad actual y de crear un mapa de ruta a futuro.
- Inteligencia emocional y social: se asienta en la capacidad relacional del individuo y la gestión de las relaciones interpersonales.
- Autenticidad: implica ser y mantenerse fiel a la propia identidad, principios y valores, siendo coherente y con altos estándares de ética, moral y conducta.
- Capital psicológico: se relaciona con el desempeño personal asociado con el logro de metas establecidas, la capacidad de lograr objetivos, afrontar adversidades, resistencia a los cambios, gestión de la incertidumbre.
- Pensamiento creativo e innovación: habilidades fundamentales para alcanzar la competitividad requerida en la organización ante los cambios.
- Inteligencia cultural: la inteligencia cultural ya es clave para gestionar la diversidad e inclusión que el entorno exige.
- Liderazgo empoderador: enfocado a empoderar a los colaboradores, generar empatía, compromiso y motivación a todos niveles.