Hacia la nueva normalidad.
Aunque nos pasamos el día hablando y oyendo hablar de la "nueva normalidad", nadie hoy por hoy, sabemos realmente de qué estamos hablando. Ya el propio concepto tiene su cosa. ¿Quién es capaz en este momento de tener una visión más o menos acertada de cómo serán nuestras empresas una vez alcancemos esa "nueva normalidad? Aunque es un terreno especulativo, lo que si es cierto es que ya podemos intuir que hay cambios que han venido para quedarse, tal es el caso del teletrabajo o la formación virtual.
Nos encontramos en un contexto de una "nueva normalidad" cargada de incertidumbre y de incógnitas que todavía están por despejar. La función de las áreas de RRHH será clave en el proceso de adaptación. Muchas cuestiones están por definir y habrá que irlo haciendo en los próximos meses.
Cuestiones del tipo: Teletrabajo ¿la norma o la excepción?, ¿Quiénes y hasta cuándo?, ¿Cómo liderar equipos en remoto? ¿Cómo gestionar y mantener el compromiso de las personas? La transformación/reconversión de los modelos de formación, ¿Cómo la cultura de empresa se va a ver impactada por los nuevos modelos laborales?, ¿Estamos avanzando hacia espacios colaborativos y metodologías agiles o las oficinas seguirán siendo el core de la organización? por señalar algunas, quedan cientos por plantear.
No podemos perder de vista que estos meses responden a una situación un tanto irreal, donde el teletrabajo se ha planteado en urgencia, incluso para quienes no lo contemplaban ni en lo más remoto, motivado por la crisis sanitaria. Nos ha pillado con lo puesto y hemos tirado hacia delante, con más o menos acierto. Pero cuando todo esto pase y alcancemos la "nueva normalidad" ¿cuál es la foto que se nos presenta?
La crisis ha provocado que se tomaran decisiones sin más reflexión que la urgencia, pero cuando esa emergencia desaparezca, vendrá el complicado momento de la verdad en el que ya sin la cobertura y la disculpa de hoy para mañana, habrá que ver que caminos se toman, porque lo que si es cierto, es que el mismo camino ya no será transitable de igual manera.
Es el momento de repensar y de trabajar en la concienciación y el entrenamiento, en la adaptación a esa "nueva normalidad", que sin duda va a suponer ajustes en las formas de hacer, de gestionar y de relacionarnos.
Los cambios se suelen hacer por evolución o por revolución, está claro que gran parte de los cambios que afrontaremos en los próximos tiempos vienen determinados por que la crisis del Covid-19 ha servido para eliminar algunos de los frenos que servían como excusa para no implementar determinadas políticas o formas de hacer. Como dato sirva que hace unos meses era impensable esta estadística. "el periodo de obligado confinamiento ha hecho posible que, en algunas empresas, haya teletrabajado hasta el 100% de los empleados y, en muchas otras, el 100% de los puestos susceptibles de hacerlo." Aquí cabe el matiz de que hay quien apunta a que "el trabajo en confinamiento no es teletrabajo" o que "teletrabajar no consiste solo en ser capaz de ejecutar desde casa las tareas del día a día haciendo uso de las herramientas que la organización pone a disposición de los empleados, sino en tener la habilidad de comunicarse, colaborar, planificar tareas, gestionar equipos y conseguir resultados".
Sea como fuere, lo que será necesario sin género de dudas, es el desarrollo de habilidades y comportamientos para trabajar en remoto, que incluyan aspectos relacionados con la colaboración, comunicación, el liderazgo, la gestión del ánimo y las emociones de los profesionales como elementos clave.
