Los adultos no aprendemos igual que los niños. Y aunque obvio, en la práctica formativa se olvida con bastante frecuencia.
El educador americano Malcom Shepherd Knowles es considerado el padre de la teoría del aprendizaje de adultos. Conocido por el uso de la palabra andragogía, como sinónimo de "educación de adultos", frente a pedagogía, "educación de niños".
Que no todos aprendemos igual ni a la misma velocidad no es ninguna novedad. Esas diferencias en el aprendizaje son el resultado de muchos factores, tales como: motivación, bagaje cultural previo, edad, experiencia, interés, relevancia, etc.
El aprendizaje en adultos tiene una serie de características que deben ser tenidas muy en cuenta a la hora de diseñar cualquier proceso formativo.
El concepto de los estilos de aprendizaje incorpora aspectos importantes que también hay que tener en cuenta en el aprendizaje de adultos, ya que ofrece diferentes posibilidades de actuación para conseguir un aprendizaje más efectivo.
Dicho concepto está directamente relacionado con la concepción del aprendizaje como un proceso activo. Si entendemos el aprendizaje como la elaboración por parte del receptor de la información recibida, parece bastante evidente que cada uno de nosotros elaborará y relacionará los datos recibidos en función de sus propias características.
Nuestro estilo de aprendizaje está directamente relacionado con las estrategias que utilizamos para aprender algo. Influyen muchos factores distintos, pero uno de los más influyentes es el relacionado con la forma en que seleccionamos y representamos la información.
Los constantes y vertiginosos cambios que vivimos en el mundo de hoy, hacen que continuamente tengamos que mantener actualizados nuestros conocimientos y aprender cosas nuevas.
Todos nosotros estamos recibiendo a cada momento una enorme cantidad de información procedente del mundo que nos rodea. Nuestro cerebro selecciona parte de esa información e ignora el resto. No recordamos todo lo que pasa, sino parte de lo que pasa a nuestro alrededor.
Algunos de nosotros tendemos a fijarnos más en la información que recibimos visualmente, otros en la información que recibimos auditivamente y otros en la que reciben a través de los demás sentidos. Según este hecho podemos distinguir entre personas visuales (aprende lo que ven), auditivos (aprende lo que oye,) y kinestésicos (aprende con lo que toca y lo que hace.).
En el momento de planificar cualquier tipo de acción de aprendizaje de adultos, resulta fundamental preparar su diseño en base a una buena comprensión de la teoría del aprendizaje de adultos, puesto que son estudiantes con conocimientos previos e ideas muy claras acerca de lo que es útil para ellos. El diseño del aprendizaje debe tratar de buscar la apertura de los esquemas mentales de los que partimos. Para los adultos es más factible recordar y dar significado a aquello que se practica. Esta es precisamente la base de la teoría de David Kolb, “Learning by doing”. Modelo que se ha convertido en uno de los más reconocidos y utilizado en nuestros días. Parte del principio de que saber no es sinónimo de entender. La experimentación es la herramienta principal y el conocimiento se genera a través de la práctica.
“El aprendizaje ocurre cuando alguien quiere aprender, no cuando alguien quiere enseñar” Roger Schank