Susceptible: del latín susceptibĭlis, hace referencia a quien es quisquilloso, demasiado delicado o que es fácil de ofenderse con cualquier pretexto.
Todos tenemos nuestras propias susceptibilidades en algún aspecto de nuestras vidas. En cada uno de nosotros hay dimensiones más sensibles que "pueden hacernos saltar". El problema es que, como en todos los ámbitos de la vida, existen diferentes grados e intensidades, hay personas que parecen vivir en continua susceptibilidad, que todo supone un posible cuestionamiento y esto les lleva a adoptar el modo “defensa” o “ataque” de forma contínua.
La comunicación y las relaciones con este tipo de perfil son muy complicadas y agotadoras en muchos casos. Siempre hay que andarse con “pies de plomo”, no vaya a ser que algo les siente mal…
Las personalidades susceptibles son aquellas con las que es difícil convivir y comunicarse, analizan cualquier palabra o actuación en detalle para encontrar algo en su contra, interpretan las palabras de modo equívoco y ven ataques donde no los hay.
Cada uno de nosotros tenemos un umbral de sensibilidad a la hora de vernos afectados por los actos ajenos. Sin embargo, las personas susceptibles casi siempre caen en la malinterpretación y en el enfado. Según el doctor en psicología Martin Lyden, “las personas susceptibles son aquellas que disponen de menos empatía, cualquier cosa que sucede a su alrededor lo procesan de acuerdo a su propio patrón. A su propio universo y su código de lo que es correcto y lo que no. Y la principal dificultad es que cualquier hecho es interpretado como un ataque personal”.
Otro rasgo característico de este tipo de personalidad suele ser la negación, las personas con este tipo de personalidad no suele aceptar que son así y suele achacar a los demás sus problemas, lo que los convierte en hábiles generadores de culpa. Las personas especialmente susceptibles asumen el peor escenario posible, y se imaginan fácilmente ofensas dirigidas hacia ellos, son fácilmente irritables, se enfadan fácilmente y actúan de forma impulsiva.
Algunos otros comportamientos que pueden ayudarnos a evidenciar la susceptibilidad de las personas que nos rodean y hasta la nuestra propia serían:
Es muy posible que todos en alguna medida nos veamos reflejados en alguno de los comportamientos descritos, lo que establece la verdadera diferencia, como ya se ha comentado, es el grado y la intensidad en que se presenten dichos comportamientos y las consecuencias que ello implica en las relaciones y la comunicación con quienes nos rodean.
“Allí donde hay más sensibilidad es más fuerte el martirio" (Leonardo da Vinci)