"El hombre no se limita a existir, sino que decide cómo será su existencia, en qué se convertirá en el minuto siguiente." (Viktor Frankl)
La sensación de que más que vivir, sobrevivimos, se ha instaurado en muchos de nosotros. Los días pasan uno detrás de otro, sin mucha novedad y con muy pocos incentivos que nos hagan disfrutar.
Llevamos ya 11 meses de miedo al contagio, de preocupación constante por la salud propia y de las personas que nos importan, de posibles pérdidas de algunas ellas, de negocios cerrados o en serias dificultades... Es una situación en la que el contacto con los demás es casi imposible, los momentos de ocio se han reducido en tiempo y espacio y la posibilidad de encontrar algo que nos motive es casi imposible.
Si a esto le añadimos la falta total de control que sentimos por no saber qué va a pasar mañana ni qué podemos o no hacer cada día (¿puedo ir a un determinado municipio?, ¿me permiten visitar a la familia?, ¿cuántos podemos estar en una mesa en una terraza?, ¿a qué hora es el toque de queda?...) la situación es complicada para todos.
La mayor parte de nosotros sentimos que estamos a punto de rebosar el vaso y que las secuelas psicológicas y físicas que nos van a quedar van a ser difíciles de gestionar, tanto a nivel individual como de la sociedad en su conjunto.
Pero a pesar de todo esto, no paro de pensar que a lo largo de la Historia de la Humanidad ha habido momentos mucho peores. Personas que han vivido situaciones límite durante tiempo mucho más largo. Guerras, hambrunas, campos de concentración, pandemias en condiciones infinitamente más duras... ¿Cómo lo vivieron? ¿Se quejaban tanto como nosotros? ¿Pudieron recuperarse de todo ello?
En este momento en el que sentimos que no vivimos, sino que solo sobrevivimos, leer "El hombre en busca de sentido", de Viktor Frankl, puede ser una gran idea.
Como muchos sabréis, Viktor Frankl, sobrevivió 3 años en los campos de concentración nazis de Auschwitz y Dachau y, tras su liberación, escribió este famoso libro y fundó la logoterapia y el análisis existencial.
En "El hombre en busca de sentido", Frankl narra su experiencia en los campos de concentración y, sobre todo, se centra en analizar por qué unas personas eran capaces de sobrevivir mientras que otras no pudieron hacerlo. Su resumen: para poder sobrevivir en semejantes condiciones es necesario tener un propósito en la vida.
Apoyando las palabras de Nietzsche de "El que tiene un porqué para vivir, puede soportar casi cualquier cómo", Frankl considera que "No hay nada en el mundo que capacite tanto a una persona para sobreponerse a las dificultades externas y a las limitaciones internas, como la consciencia de tener una tarea en la vida".
Aunque dicen que el mal de muchos es consuelo de tontos, parece el mejor momento para leer un libro como este, ya que nos puede ayudar a entender nuestra propia forma de responder a estas circunstancias y encontrar alguna clave para afrontarlo de un modo más positivo.
Aquí os dejo algunas de sus reflexiones: