El síndrome de FOMO se caracteriza por una respuesta de ansiedad ante la idea de "estar perdiéndonos algo". Se trata de "una ansiedad social que provoca una aprensión generalizada ante la idea de que otros podrían estar teniendo experiencias gratificantes de las cuales uno está ausente".
Aunque este síndrome originariamente se relacionó con los comportamientos en redes sociales y vinculado a un perfil joven, lo cierto es que no es algo tan nuevo como parece, ya el refranero español nos advierte: "no se puede estar en misa y repicando". O sea, que no podemos estar en todas partes a la vez, y la imposibilidad de poder hacerlo, es lo que provoca la respuesta de ansiedad. El miedo a desaprovechar la vida, a dejar pasar oportunidades o a tomar decisiones erróneas, son sensaciones que el ser humano ha experimentado desde siempre. Las redes sociales solamente han magnificado la intensidad. El escaparate digital nos induce continuamente a comparar nuestra vida con la de los demás.
Puede parecernos que nuestra vida cotiza a la baja, que es aburrida y comenzar a experimentar un cierto sentimiento de envidia y de caída de la autoestima. Vemos lo bueno de los demás y lo comparamos con lo malo nuestro. Las personas autoexigentes entran fácilmente en ese juego, porque siente que no puede ser menos que los demás, tiene que estar al día en todo y en todo momento.
Como decimos, aunque en un principio se vinculó a las redes sociales, la situación que vivimos con motivo de la pandemia, está haciendo que muchas personas comiencen a experimentar ansiedad, y lo que ocurría en el ámbito de las redes sociales, donde nace este concepto, empieza a trascender el ámbito de lo personal y aterriza en el mundo laboral de la mano del teletrabajo.
El aislamiento a nivel social, unido a la hiperconectividad provocada por la pandemia, nos genera inseguridad ante la idea de no saber lo que está ocurriendo fuera de nuestro ámbito de influencia. En este sentido, ya se habla de un "FOMO laboral". Muchas personas tienen la sensación de estar perdiéndose algo en sus trabajos, y manifiestan experimentar un cierto temor.
Según Przybylski, investigador en la universidad de Essex, que llevo a cabo un estudio con cerca de dos mil trabajadores británicos afirma:
"El lugar de trabajo es un área clave para el desarrollo del FoMO. Las relaciones interpersonales en este ámbito son probablemente el factor más relevante a la hora de construir nuestra satisfacción personal y productividad en el puesto de trabajo y desde esta perspectiva el FoMO puede manifestarse con extrema facilidad".
Esta necesidad imperiosa de estar al tanto de todo, supone un desgaste psicológico, un coste en términos de tiempo y productividad que puede llegar a ser muy impactante. En muchas ocasiones, el horario de trabajo se extiende porque es casi inevitable revisar el chat, correo o herramientas de colaboración, casi recién levantados, durante la comida o justo antes de ir a dormir... "por si acaso estamos perdiéndonos algo".
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