La escucha verdadera

"Nos han sido dadas dos orejas, pero en cambio sólo una boca, para que podamos oír más y hablar menos " Zenón de Elea.

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Nuria Fernández López

¡Escucha! 

Cuando te pido que me escuches y tú empiezas a aconsejarme, no estás haciendo lo que te he pedido.
Cuando te pido que me escuches y tú empiezas a decirme por qué yo no debería sentirme así, no estás respetando mis sentimientos.
Cuando te pido que me escuches y tú piensas que debes hacer algo para resolver mi problema, estás decepcionando mis esperanzas.
¡Escúchame! Todo lo que te pido es que me escuches, no quiero que me hables ni que te tomes molestias por mí. Escúchame, sólo eso...
..
R. O´Donnell, "EI mosaico de la misericordia".

En un contexto de interacción, diferentes investigaciones han situado en un 30% el porcentaje de la conversación que debemos acaparar, mientras que el 70% restante ha de corresponder a nuestro interlocutor, o sea, más escuchar y menos hablar.

La escucha activa es una habilidad comunicativa esencial que nos permite no sólo entender lo que la otra persona nos dice, sino sobre todo, lo que está intentando decir. Las personas que no saben escuchar se quedan en el primer nivel, y jamás alcanzan a comprender la motivación real de su interlocutor. La comprensión de lo que la otra persona intentada transmitirnos está limitada por lo que pensamos que ya sabemos, no escuchamos realmente, porque construimos el relato desde nosotros no desde el otro.
Escuchar, a pesar de lo que muchos creen, no es como respirar, algo que se hace de forma natural sin que medie aprendizaje. Las personas no solamente pueden, sino que deben ser entrenadas en esta destreza, dónde cada uno tiene que explorar cuáles son aquellos condicionamientos que impiden una "escucha atenta" (falta de atención, de motivación, de concentración, excesiva ansiedad, prejuicios, etc.).
Para Robert Carkhuff, la escucha como destreza, debe ser aprendida, ejercitada y evaluada. Define la escucha como:"la habilidad para recordar y retener los contenidos verbales presentados por nuestro interlocutor, así como el tono emocional en el que son dichos".
En el aprendizaje de esta destreza destaca los siguientes pasos.
• Identificar la motivación por la que es importante la escucha. No es lo mismo "saber que es importante escuchar", que tratar de identificar la motivación real que hay tras las palabras.
• Captar el contenido específico del mensaje verbal. Es importante quedarnos con datos esenciales de los mensajes: quién, qué, dónde, cuándo, cómo, por qué, etc.
• Suspender el juicio personal, los prejuicios, las primeras impresiones, etc. que nos llevan a quedaremos encerrados en nuestros propios ruidos.
• Resistir las distracciones, las externas y las internas.
• Escuchar el tono emocional. El contenido verbal está acompañado de un paralenguaje: tono de voz, pronunciación, ritmo, etc. que nos dan las pistas para captar el mundo emocional que se esconde tras el contenido expresado.

"La mayoría de nosotros escuchamos a través de una pantalla de resistencia. De una auténtica escucha nos separan nuestros prejuicios, sean religiosos o espirituales, psicológicos o científicos; nos separan nuestras preocupaciones diarias, nuestros deseos o expectativas, nuestros miedos, etc. Y con todo esto como pantalla... ¡escuchamos! Por lo cual, lo que realmente escuchamos es... nuestro ruido, nuestro sonido, no lo que realmente está siendo dicho... 

Krishnamurti, The first and the last Freedom.


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