Algunas motivaciones subyacentes de la critica.
Es del todo normal que cuando somos criticados nos sintamos avergonzados, enfadados o incluso indignos e incompetentes, y a pesar de que la crítica es un fenómeno universal, no por ello nos sentimos mejor.
De hecho, la crítica puede generar un gran mal estar, al punto que algunos estudios revelan que las experiencias de rechazo y las críticas se procesan en la misma parte del cerebro encargada de procesar el dolor.
No todas las críticas tienen un valor negativo, algunas hasta pueden tener un efecto positivo y permitirnos la superación y el crecimiento. Para diferenciar la crítica constructiva de la destructiva es importante comprender qué motivación tienen las personas que la realizan.
Así, por ejemplo, es posible que:
- se sienten amenazados por alguna de nuestras cualidades, y utilizan la crítica como un arma para intentar "nivelar" el campo de juego.
- se sienten con derecho a un trato o condición especial, y creen que no lo están recibiendo.
- necesiten tener el control de la situación en todo momento, y se asustan cuando sienten que están perdiéndolo. En estos casos, criticarte les devuelve, al menos en parte, la sensación de control, porque con su crítica creen que te empequeñecen, y que toman las riendas de la situación.
- quieran sacar provecho, en cuyo caso lo más probable es que las críticas se realicen ante alguien más, así parecen mejores y más capaces, te ven como a un rival o competidor.
- piensan que te están ayudando, y que te brindan parte de su sabiduría o experiencia. De hecho, muchas críticas dolorosas pueden esconder buenas intenciones, aunque sean realizadas de la manera inadecuada.
- piensan que solo sus puntos de vista son válidos, por lo que te critican cuando te atreves a sugerir algo diferente, lo que a menudo es considerado como un ataque personal.
- intentan obtener tu atención, pero no saben hacerlo de una manera asertiva, porque carecen de las habilidades sociales y/o emocionales, por lo que terminan en la crítica o la queja.
- buscan admiración y aprobación. De hecho, cuando las personas piensan que son expertos en alguna materia o campo, suelen criticar a los demás para demostrar lo que saben y reafirmarse en su posición.
- se sienten frustrados cuando han intentado expresar sus necesidades u opiniones de una manera asertiva, pero no han recibido atención, y como resultado, descargan todo su enfado en la crítica.
- se sienten heridos, por tus palabras o acciones, quizá no intencionales, pero no se atreven a decirlo directamente, y encubren esa insatisfacción bajo una crítica más o menos razonable.
- convierten la crítica en una herramienta de humillación y venganza.
- han interpretado tus palabras o actitudes como una crítica, por lo que han pasado directamente al contraataque.
- te envidian o admiran, pero no logran expresar esas emociones de forma adecuada, así que terminan criticando precisamente esas cualidades.
La forma de responder a las críticas dependerá en gran medida de la situación y de los motivos que la originan. De hecho, hay casos en los que es mejor no darse por aludidos, porque responder a la crítica solo serviría para darle alas a la otra persona, y satisfacer su deseo de protagonismo y control.
Cuando quien te critica es una persona importante para ti, es conveniente que le prestes atención, y le hagas saber que le estimas, y le valoras, aunque no estés de acuerdo con su opinión. También puedes hacerle notar que respetas sus ideas y esfuerzos, pero haciendo valer también tu independencia para tomar tus propias decisiones.
Cuando se trata de una crítica realizada en público, y deseas defender tu "honor", tu trabajo, decisiones, etc., lo mejor es que no caigas en el "y tú más", y te centres simplemente en desmontar la veracidad lo que ha dicho la otra persona, o que aportes datos, si fuera el caso, manteniendo la calma. A menudo una respuesta tranquila, escueta e inteligente es suficiente para salir airoso, en cualquier caso, afrontar la crítica de una forma "desapasionada" es signo de madurez emocional.