Solución de problemas, cada uno tenemos nuestro estilo.

Está en nuestra historia y nuestra propia evolución enfrentar de forma continua problemas más o menos complejos; sucede que centrarnos exclusivamente en el problema nos impide en muchas ocasiones ver la solución.

Recordemos la historia sobre el "nudo gordiano". Esta expresión hace referencia a un problema que entraña una elevada dificultad, un obstáculo muy difícil de salvar.

El rey Gordio, en homenaje a Zeus, ató a su templo la lanza y el yugo del carro con el que entró por primera vez en la ciudad. Y lo hizo con un nudo imposible de soltar: el nudo de Gordio, el "nudo Gordiano".

Cuando Alejandro Magno se apoderó de Frigia, conocedor de la leyenda popular, se enfrentó al nudo gordiano. Se acercó al nudo, lo miró con serenidad... sacó su espada, y le asestó un tajo que cortó el nudo: ¡problema resuelto!

Es por ello por lo que se dice cuando se resuelve un problema muy complejo, y se opta por una solución simple y eficaz, "cortar el nudo gordiano".

Ojalá en la vida se pudiera recurrir más a soluciones de este tipo, sencilla, rápida y eficaz. Lo cierto es que hay muchas situaciones en las que no es posible, pero es igualmente cierto que hay otras muchas ocasiones en que estamos tan obcecados con el "nudo" y su análisis, que perdemos la perspectiva en la búsqueda de la solución.

Es ingenuo pensar que hay soluciones simples a todos los problemas. Hay problemas complejos que no tienen una solución simple, pero también lo que es que un mismo problema puede tener varias soluciones, y a veces, la solución más sencilla está delante de nuestras narices. Sólo hay que cambiar el punto de vista, mirar el problema desde otra perspectiva.

La forma en la que afrontamos los problemas habla bastante de nosotros, de como nos posicionamos ante los obstáculos y los retos. Hay personas que "buscan los problemas" como desafío, salir de su zona de confort  no supone un problema sino un reto motivante, de superación personal. También hay personas que no se enfrentan a los problemas, que renuncian a sus metas ante las primeras dificultades. Que tienen un bajo nivel de tolerancia a la frustración, o a cometer errores, que les cuesta afrontar la adversidad y tienden definitivamente a la evitación. Hay personas que ven problemas hasta debajo de las piedras, y hay quien los tiene antes sus narices y no los ve o no quiere verlos.

No todos nos posicionamos ante los problemas de la misma manera. Sin ir más lejos, mi hija hace unos días al no poder desatar el nudo de una zapatilla que había atado fuerte y varias veces, tendió a la solución ¡Alejandro Mango!, en este caso en lugar de una espada, cogió una tijera y cortó los cordones, rápido y simple, yo hubiese sido más partidaria de dedicar un poco de tiempo a intentar soltarlo, pero cada uno enfrenta los problemas a su estilo ... 😉

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