Los "heurísticos" nos ayudan a simplificar la gran cantidad de procesos mentales que llevamos a cabo. Se ponen en marcha cuando un problema es complejo o implica información incompleta. Sin embargo, también pueden conducir a errores sistemáticos en la toma de decisiones o el desarrollo de juicios.
Simplificando mucho, los heurísticos son "atajos mentales" que ponemos en marcha para llegar a la solución de problemas, bien porque nuestro cerebro posee una capacidad limitada, o porque no siempre disponemos de toda la información que desearíamos, o porque nos sentimos inseguros a cerca de las consecuencias de tomar una u otra decisión.
Estos atajos mentales se producen porque nuestro cerebro no es capaz de procesar toda la información que recibe a través de los sentidos, por lo que necesita hacer una selección de esta. Cuando nuestros atajos mentales o heurísticos nos conducen a errores de conclusión, entonces hablamos de "sesgos cognitivos", que nos llevan a no pocos errores en la interpretación de los hechos, y consecuentemente a poner en marcha comportamientos o tomar decisiones inapropiados o poco ajustados a la realidad.
En nuestra realidad cotidiana constantemente estamos haciendo juicios de interpretación, por lo que bien merece la pena conocer algunos clásicos:
- Sesgo de proyección: Este sesgo nos habla de la tendencia inconsciente a asumir que los demás poseen pensamientos, creencias, valores o posturas parecidas a las nuestras. Como si fueran una proyección de nosotros mismos.
- Falacia de planificación: este sesgo nos sonará a todos, se refiere a la tendencia que tenemos a subestimar el tiempo que tardamos en terminar una tarea. Se debe a que tendemos a planificar los proyectos con cierta falta de detalle, lo que nos lleva a pensar que el tiempo que se necesitará para completarlo es menor de lo que luego realmente resulta. El científico estadounidense Douglas Hofstadter, formula su ley Douglas Hofstadter, de la que ya hemos hablado en alguna ocasión, y con uno juego de palabras sostiene que para evitar este heurístico, hay que tener presente que: "hacer algo te va llevar siempre más tiempo de lo que piensas, incluso si tienes en cuenta la Ley de Hofstadter".
- Sesgo de apoyo a la elección: Tomar una decisión resulta siempre costoso, por ello en el momento en que hacemos una elección, sea del tipo que sea, tendemos a ver esa elección con un enfoque más positivo, incluso si dicha elección tiene claros defectos, tendemos a minimizarlos y hasta ignorarlos.
- Sesgo de disconformidad: Es la tendencia que tenemos a hacer una crítica negativa a la información que contradice nuestras ideas, mientras que aceptamos perfectamente aquella que es congruente con nuestras creencias o ideologías. Las personas tendemos a ver e interpretar las cosas en función de nuestro marco de referencia, motivo por el cual tendemos a buscar información coincidente con nuestras ideas frente a aquella información que desafíe nuestras ideologías o línea de pensamiento.
- Efecto Bandwagon o efecto de arrastre: Este error consiste en la tendencia a hacer (o creer) cosas sólo porque muchas otras personas hacen (o creen) dichas cosas. Al parecer, la probabilidad de que una persona adopte una creencia aumenta en función del número de personas que poseen esa creencia.
Ninguno estamos a salvo, estos heurísticos, bastante reconocibles, están condicionando muchas de nuestras decisiones y comportamientos en el día a día. Reconocerlos puede ayudarnos a tomar decisiones más objetivas y ajustadas a la realidad en toda su complejidad.