"La heurística es aquella regla sencilla y eficiente para orientar la toma de decisiones y para explicar en un plano práctico cómo las personas llegan a un juicio o solucionan un problema.".
Los" heurísticos" nos ayudan a simplificar la gran cantidad de procesos mentales que llevamos a cabo, y a hacer más llevadera nuestra vida diaria, se ponen en marcha cuando un problema es complejo o presenta información incompleta. Sin embargo, también pueden conducir a errores sistemáticos en la toma de decisiones o el desarrollo de juicios.
Simplificando, los heurísticos no son más que "atajos mentales" que ponemos en marcha para llegar a la solución de problemas, bien porque nuestro cerebro posee una capacidad limitada, porque no siempre disponemos de toda la información que desearíamos, o porque nos sentimos inseguros a cerca de las consecuencias de tomar una u otra decisión.
Estos atajos mentales se producen porque nuestro cerebro no es capaz de procesar toda la información que recibe a través de los sentidos, por lo que necesita hacer una selección de la misma. Cuando nuestros atajos mentales o heurísticos nos conducen a errores de conclusión, entonces hablamos de "sesgos cognitivos", y estos nos llevan a no pocos errores en la interpretación de los hechos, y consecuentemente a poner en marcha comportamientos inapropiados a las situaciones.
Y aunque puedan parecer algo alejado de nuestra realidad cotidiana, no lo es, ya que constantemente estamos haciendo juicios de interpretación, por lo que bien merece la pena ponerles nombre.
Sesgo de memoria: aunque muchos piensan lo contrario, y hagan alarde de su gran memoria, lo cierto es que la memoria se difumina con el tiempo y fácilmente nos induce a errores inconscientes. Las investigaciones realizadas revelan que cuando evaluamos recuerdos para poder tomar decisiones sobre nuestro futuro, a menudo se muestran sesgados por los acontecimientos positivos o negativos, y como resultado, ese sesgo afecta a nuestra capacidad de predicción en el futuro.
Sesgo de proyección: Este sesgo nos habla de la tendencia inconsciente a asumir que los demás poseen pensamientos, creencias, valores o posturas parecidas a las nuestras. Como si fueran una proyección de nosotros mismos.
Falacia de planificación: este sesgo nos sonará a todos, se refiere a la tendencia que tenemos a subestimar el tiempo que tardamos en terminar una tarea. Se debe a que tendemos a planear los proyectos con cierta falta de detalle, lo que nos lleva a pensar que el tiempo que se necesitará para completarlo es menor del que luego realmente resulta. El científico estadounidense Douglas Hofstadter, formula su ley Douglas Hofstadter, de la que ya hemos hablado en alguna ocasión, y con uno juego de palabras, sostiene que para evitar este heurístico, hay que tener presente que: "hacer algo te va llevar siempre más tiempo de lo que piensas, incluso si tienes en cuenta la Ley de Hofstadter".
Sesgo de apoyo a la elección: Tomar una decisión resulta siempre costoso, por ello en el momento en que hacemos una elección, sea del tipo que sea, tendemos a ver esa elección con un enfoque más positivo, es por este sesgo que si constatamos que dicha elección tiene claros defectos, tendemos a minimizarlos y hasta ignorarlos.
El efecto Dunning-Kruger: Este sesgo cognitivo consiste en una autopercepción distorsionada, según la cual los individuos con escasas habilidades o conocimientos, piensan exactamente lo contrario; se consideran más inteligentes que otras personas más preparadas, están en la certeza de que son superiores de alguna forma a los demás, midiendo así incorrectamente su habilidad por encima de lo real. Esta distorsión se debe a la inhabilidad cognitiva de reconocer las propias limitaciones, debido a que su habilidad real debilitaría la propia confianza y autoestima. También ocurre lo contario, que individuos competentes asumen, falsamente, que otros tienen una capacidad o conocimiento equivalente o incluso superior al suyo.
Sesgo de impacto: Este sesgo se refiere a la tendencia que tenemos a sobreestimar nuestra reacción emocional, sobrevalorando la duración e intensidad de nuestros futuros estados emocionales. Las investigaciones muestran que la mayoría de las veces no nos sentimos tan mal como esperábamos. Este sesgo es una de las razones por la que a menudo nos equivocamos en la predicción sobre cómo nos afectarán emocionalmente los acontecimientos futuros.
Sesgo de disconformidad: Es la tendencia que tenemos a hacer una crítica negativa a la información que contradice nuestras ideas, mientras que aceptamos perfectamente aquella que es congruente con nuestras creencias o ideologías. De este modo se produce una percepción selectiva por la cual las personas perciben lo que quieren en los mensajes, y es que por lo general tendemos a ver e interpretar las cosas en función de nuestro marco de referencia. También tendemos más a buscar información favorable a nuestras ideas, que información que desafíe nuestras ideologías o línea de pensamiento.
Efecto Keinshorm: Es la predisposición a contradecir sistemáticamente las ideas o formulaciones que otra persona hace con la cual no se simpatiza, no deseamos que tenga razón y estamos más predispuestos a no creer en sus palabras.
Con todos estos sesgos nublando nuestro juicio, cualquiera se fía del propio pensamiento...