El fracaso como aprendizaje

Los iletrados del futuro no serán aquellos que no puedan leer o escribir, sino aquellos que no puedan aprender, desaprender, y re-aprender. Alvin Toffler

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El aprendizaje es el proceso a través del cual se adquieren nuevas habilidades, destrezas, conocimientos, conductas o valores como resultado del estudio, la experiencia, la instrucción, el razonamiento y la observación. Este proceso puede ser analizado desde distintas perspectivas, por lo que existen distintas teorías del aprendizaje. El aprendizaje es una de las funciones mentales más importantes en humanos, animales y sistemas artificiales. (Wikipedia).

Pero ¿Qué pasa cuando alguien se ha esforzado, ha aprendido y después ha fracasado?

Nadie habla del fracaso, porque casi nadie está preparado para reconocerlo. Es curioso el por qué en procesos de selección que se llevan a cabo en Estados Unidos, los candidatos ponen en su historial profesional algún fracaso en su carrera, puesto que el fracaso es valorado como una experiencia positiva, por el aprendizaje que habrá sacado de esta situación. Sin embargo en España el fracaso se oculta. Es una vergüenza para todos, y por supuesto nadie en sus cabales que esté buscando empleo lo pondrá en su Currículum Vitae y mucho menos hará referencia a él en una entrevista personal y si es el caso que el entrevistador lo saca a colación el candidato lo minimizará para que quede como simple anécdota.

Pero no nos engañemos, todos estamos expuestos en un momento u otro al fracaso. Creerse a salvo del fracaso es una falta de sentido común. El fracaso puede tocar cualquier ámbito de la vida: pérdida de empleo, ruptura familiar, descalabro económico, etc....El reto es saber cómo gestionar este fracaso que inevitablemente a todos nos alcanzará. Si asumimos el fracaso con la actitud correcta podemos incluso fortalecernos y abrirnos a nuevos horizontes.

Un buen ejemplo de cómo encajar los fracasos lo tenemos en Edison, el inventor de la bombilla tuvo que recorrer un largo camino antes de conseguir su objetivo. Cuando un periodista le preguntó cómo se sentía después de haber fracasado 25.000 veces en la intención de crear una bombilla, Edison contestó. "No sé por qué lo llama fracaso, ahora conozco 25.000 formas distintas de no hacer una bombilla".

También del fracaso se aprende y en los tiempos que vivimos a los líderes se los evalúa no solo por lo que han hecho en el pasado sino por su capacidad de adaptarse a las circunstancias. El líder ya no tiene un conocimiento infalible. Las personas que trabajan en la incertidumbre, se desenvuelven mejor gracias a su alta capacidad de aprendizaje. Las competencias que se reclaman en estos tiempos son: curiosidad, adaptabilidad, sentido de la observación y humildad. Así, y siguiendo este punto de vista, el haber vivido y superado un fracaso debería verse como un punto positivo en la carrera profesional de cualquiera. Gracias a ese fracaso la persona ha crecido,madurado y aprendido.

Os dejo un poema...

 

Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia
entre sostener una mano y encadenar un alma,
y uno aprende que el amor no significa recostarse
y una compañía no significa seguridad
y uno empieza a aprender...

que los besos no son contratos y los regalos no son promesas
y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos
y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy,
porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes...
y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.

Y después de un tiempo, uno aprende que si es demasiado,
hasta el calorcito del sol quema.
Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma,
en lugar de esperar a que alguien le traiga flores.

Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte,
que uno realmente vale y uno aprende y aprende...
y con cada adiós uno aprende.


Jorge Luis Borges

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