Cambios en la sociedad

Mejor vivir en la cárcel que en una sociedad que nos ignora y nos obliga a vivir solos

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Hace unos días leía una noticia en el periódico La Vanguardia, que me hizo reflexionar sobre algunos aspectos de la sociedad en la que vivimos. La noticia era: "La cárcel, último refugio de los ancianos japoneses". Según explicaba parece que el último informe sobre delincuencia que se ha realizado en Japón pone de relieve que uno de cada cuatro japoneses detenidos por robar en 2010 era mayor de 65 años.

Está claro que el envejecimiento de la población debido al descenso de la natalidad puede explicar en parte este fenómeno, sin embargo no lo explica del todo puesto que en 1986, cuando se comenzaron a realizar este tipo de estadísticas, solo uno de cada veinte japoneses detenido por hurto era mayor de 65 años. En las últimas décadas la sociedad nipona ha cambiado mucho y ha pasado a ser una sociedad mucho más individualista y dura que antes. En las unidades familiares actuales ya no conviven tres generaciones, como pasaba antes, y esto ha provocado que los ancianos queden en la actualidad más desprotegidos. Parece que la soledad y la falta de recursos económicos es lo que obliga a los ancianos a delinquir.

Una vez detenidos, algunos ancianos, han reconocido que robaron para poder ir a la cárcel y de este modo huir de la soledad y del abandono de sus familiares. Ellos dicen que en la cárcel al menos tienen el techo y la comida asegurada y además siempre tienen compañía con quien charlar.

La soledad en la vejez se puede acusar más fácilmente puesto que es una etapa de la vida que normalmente va acompañada de una sucesión de pérdidas, como el trabajo, el status social, capacidades físicas, etc...Aunque la soledad no produce síntomas externos graves, quienes la padecen afirman que se trata de una experiencia desagradable y estresante, asociada con un importante impacto emocional, sensaciones de nerviosismo y angustia, sentimientos de tristeza, irritabilidad, mal humor, marginación social, creencias de ser rechazado, etc. Es por ello por lo que el colectivo de personas mayores están más expuestos a la soledad.

Parece que en Japón, un anciano prefiere cometer algún delito con la esperanza de ser detenido y enviado a prisión antes de vivir el sentimiento de la soledad y el abandono.

Y yo me pregunto, ¿serán estas las consecuencias de vivir en una sociedad moderna?. Me sorprende la noticia, puesto que en Japón las relaciones personales están muy influenciadas por las ideas de "honor", "obligación" y "deber" y si esto está pasando en una cultura como la japonesa ¿qué puede pasar en una sociedad como la nuestra, tradicionalmente mucho más individualista? O más bien ¿será esto consecuencia de la crisis que estamos viviendo y lo que pasa es que las familias no tienen recursos suficientes para pagar un geriátrico para sus mayores?

 

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