Supongo que a estas alturas todos habréis oído hablar de este libro y de su autor. Yo en cuanto he tenido oportunidad me he hecho con un par de ejemplares, uno para mi y otro para regalar a mis padres y a mi hermana.
Spéphane Hessel, para el que no lo sepa, nació en Berlín en 1917, vivió en París, lucho con el general De Gaulle y apresado y condenado a muerte, preso en varios campos de concentración, escapó, se convirtió en diplomático, formó parte del equipo que redactó la Declaración Universal de los Derechos Humanos y sus últimos años los ha empleado en denunciar la situación del pueblo palestino.
Este libro, traducido a 23 lenguas, ha vendido 1.700.000 copias en Francia. Pero, ¿qué tiene? ¿es para tanto? tras leerlo, diré que no dice nada nuevo, nada que no sepamos, nada que no salga día tras día en las noticias. Entonces, ¿por qué este revuelo? Creo que hay un montón de gente, indignada, harta del cómodo pasotismo de mi generación, que espera una chispa, un detonante para salir a la calle y gritar basta.
Desde mi humilde opinión sólo puedo recomendar su lectura, con prólogo de Jose Luis Sampedro, al que ya dediqué un artículo y de quién soy profunda admiradora. Porque aunque ya lo sepamos, algunas veces necesitamos recuperar la memoria para mantener los logros de nuestro padres y abuelos.