Liberar la mente inconsciente puede ayudar mucho a potenciar nuestra capacidad creativa.
No sé si os pasará a alguno vosotros, pero a mi personalmente me atrae mucho todo lo relacionado con el pensamiento creativo. Gran parte de los avances de la humanidad han sido debidos a personas que han sabido pensar de forma diferente.
De hecho en este blog hay varios post más que tienen como temática la creatividad.
Alex Osborn, ejecutivo de publicidad a principios de los años cuarenta, generó una de las técnicas de creatividad más usadas. Afirmó que era posible fomentar la creatividad de un grupo de personas haciendo que siguieran una reglas sencillas: uno plantear todas las ideas que se les ocurriera con respecto al tema tratado, por muy descabelladas y extravagantes que les pareciesen, y dos, no criticar, ni evaluar las ideas de otros.
Aseguraba que a una persona se le ocurren más ideas en grupo que cuando está sólo. Su técnica la lluvia de ideas se ha estado utilizando y continúa utilizándose en prácticamente todas las organizaciones para trabajar creatividad y solución de problemas.
No obstante, aunque la técnica es a todas luces eficaz, parece que hay varios estudios que demuestran que el grupo podría no ejercer un efecto potenciador sobre la creatividad sino minimizador. La semana pasada hablábamos del efecto "de circunstantes", pues parece que aquí también se aplica. Trabajar en grupo hace que disminuya la implicación y motivación al difuminarse la responsabilidad entre los miembros del grupo. Si nos meten en una habitación y nos piden que hagamos el máximo ruido, seguramente cada uno nos esforzaremos más si estamos solos que si estamos en grupo.
Esto no cuestiona la técnica, que si es efectiva, lo que viene a decir es que tal vez desarrollarla en grupo no ofrezca los mejores resultados.
Como en casi todo en psicología se han hecho muchos estudios sobre creatividad que señalan varias estrategias que han resultado altamente eficaces para fomentar el pensamiento creativo.
Varios de los trabajos se centran en demostrar que para dejar fluir la creatividad hay que trabajar también con nuestra mente inconsciente. La idea se ve muy clara con el siguiente ejemplo que leí hace tiempo.
Imaginemos dos hombres en una habitación. Uno de ellos creativo aunque un poco tímido, el otro listo, no tan creativo y más dominante. Ahora imaginemos que les pedimos ideas para lanzar una campaña de publicidad de un nuevo producto al mercado. En un primer momento el hombre energético lleva la conversación sin permitir que el más tímido intervenga. Las ideas que se producen son buenas, pero no demasiado innovadoras. Ahora imaginemos una nueva situación. Hacemos la misma petición, pero esta vez ponemos una película al hombre más listo, de tal modo que el tímido puede expresarse más libremente, generando nuevas ideas más creativas. Obviamente el hombre tímido sería nuestra mente inconsciente y el hombre más lanzado nuestra mente consciente. Esta analogía nos sirve para ilustrar algunas de las estrategias para fomentar la creatividad, distraer a nuestro hombre atrevido para dejar que se manifieste el tímido.
Hasta ahora muchos tratados sobre creatividad sugerían de relajarse y dejar la mente en blanco para fomentar la creatividad, sin embargo la estrategia comentada plantea lo contrario. Cuando queramos encontrar enfoques o soluciones nuevas, o simplemente nos atasquemos en un problema, la idea es concentrar totalmente nuestra mente en una tarea compleja, o no tan compleja pero que si requiera toda nuestra atención. Nuestra mente durante ese tiempo sigue trabajando en el problema, estableciendo conexiones diferentes que nos permitirán encontrar o generar soluciones innovadoras y creativas cuando retornemos al análisis.
Algunas estrategias más que pueden ayudarnos son.
Predisposición: consiste en preparar la mente trabajando durante un tiempo en un problema, para después dejarlo y hacer algo totalmente diferente. Leer, ver una película, visitar un museo, dar un paseo observando lo que nos rodea, etc. Nuestra mente capta la información del entorno y de la nueva actividad y puede establecer conexiones que nos permitan encontrar soluciones cuando retomamos el problema.
Perspectiva: el cambio de perspectiva ayuda a encontrar soluciones novedosas. Podemos pensar como otras personas enfocarían el problema, saliéndonos totalmente del enfoque que estamos utilizando, o incluso pensando en hacer justamente lo contrario de todas las soluciones propuestas hasta el momento.
Divertirse: a veces cuando nos concentramos demasiado en algo, nuestro cerebro se bloquea y deja de producir, concentrarnos en algo lúdico reactiva nuestra potencialidad.
Preguntarse: con frecuencia dejamos de percibir y hacernos preguntas con respecto al mundo en el que vivimos. Nuestro cerebro funciona en modo automático con patrones establecidos. Trabajar desde un esquema de cuestionamiento de lo que sucede nuestro alrededor y porqué, puede ayudarnos a desbloquear ese modo automático.
La creatividad ya no es algo de unos pocos, sino que todos podemos ser creativos y encontrar respuestas y soluciones novedosas que aporten un valor diferenciador a distinto tipo de situaciones.