La vista llega antes que las palabras. El niño mira y ve antes de hablar. Por eso es tan importante la imagen y la comunicación visual, porque a través de la vista reconocemos el mundo circundante y nuestro lugar en él. En este sentido, el diseño gráfico tiene un papel fundamental en la forma en que la empresa se muestra a sus destinatarios.
En un mundo cada vez más dominado por la imagen, por la velocidad y la escasez de tiempo... detenernos a leer un texto se ha convertido en una ardua tarea; en cambio, ver un icono, un logotipo, una fotografía, la señalética de un aeropuerto o un mapa... nos ayuda a manejarnos en los diferentes contextos y a "leer" o interpretar de una forma rápida el mensaje que el emisor desea transmitir. Sin embargo, dentro de todo este maremagnum de imágenes, llamar la atención de un receptor que pasa a toda prisa por delante de un cartel adherido al cristal de una cabina de teléfono (cada vez más difíciles de ver) no resulta una tarea fácil, y es aquí donde se hace necesaria una buena labor de diseño gráfico.
"Lanzar un mensaje" no implica forzosamente el uso de la palabra, también puede hacerse a través de una imagen atractiva, que llegue en forma de "impacto" a través de nuestros ojos y sea capaz de despertar una emoción, una impresión o un pensamiento. "Ser vistos" es el primer objetivo, "ser recordados" es el siguiente, y quizá más importante, de los objetivos de la comunicación visual; a fin de cuentas "recordar" proviene del latín re-cordis, que significa "volver a pasar por el corazón". Esta es la función de la publicidad, de un logotipo o de una página web: hacer llegar a un determinado público los mensajes de la empresa y que éste nos identifique en su mente para que pueda acudir a nuestros servicios en el momento que los necesite. Porque cuando algo nos gusta o nos atrae, tratamos de "anotarlo" en nuestra agenda mental para echar mano de esa información en un momento dado. Con este fin, el diseño gráfico emplea un lenguaje visual, con el que trata de transmitir un mensaje en términos reconocibles por el destinatario, y así establecer una relación con él. Para ello, necesitamos mostrarnos con un "rostro" visible e identificable, pudiendo ser éste un logotipo o símbolo que haga tangible nuestra entidad y lo que ella ofrece. En este sentido, es fundamental contar con el servicio de un estilista que nos "guapee", que no nos permita pasar desapercibidos y actualice nuestro "look". Esta es la labor de los profesionales de la comunicación, que cuentan con el conocimiento técnico del diseñador gráfico para que gestione nuestra identidad visual de forma coherente y renueven los emblemas, colores, eslóganes... de nuestra empresa para acercarnos a una audiencia que busca la empatía con ella. Y para ser efectivos a la hora de construir nuestra marca, hemos de tener en cuenta algunos criterios que debe cumplir un logotipo: COMUNICACIÓN, tiene que transmitir algo; SUFICIENCIA, contar con los elementos justos, ni estar sobrecargado, ni por el contrario requerir de nuevos componentes que terminen por definir su intencionalidad; VIGENCIA, huir de las modas y tendencias para sentirnos "cómodos" bajo esta identidad durante un periodo de 5 a 10 años, y PREGNANCIA, que hace referencia a la capacidad de la marca para ser recordada, y por tanto, su capacidad para volver a pasar por los corazones de nuestros clientes. ¿Cómo le sienta su nueva imagen? ¿Le miran al pasar?