Analizamos uno de los programas pioneros en la enseñanza de habilidades emocionales en niños.
Recientemente una de nuestras lectoras comentaba, a raíz del artículo "Liderar con inteligencia emocional", de Alicia Jiménez, la existencia de programas de enseñanza de la Inteligencia Emocional en colegios españoles.
Ya había hablado de este tema en el post "Un nuevo concepto de escuela" Lo cierto es que ésta es una deuda pendiente, porque me había comprometido a hablar más sobre este tema. Hoy voy a aprovechar para comentar uno de los precursores de estos programas: el PATHS (Promoting Alternative Thinking Strategies).
Se trata de un programa de "alfabetización emocional" desarrollado por Mark Greenberg. En su origen se desarrollo con el objetivo de ayudar a niños sordos a utilizar el lenguaje para cobrar conciencia, reconocer y gestionar adecuadamente tanto sus propias emociones como las de los demás.
El éxito logrado en estos programas alentó a los directores y maestros de los colegios a solicitar a Greenberg que los adaptase al resto de alumnos. Así, el programa PATHS llegó a convertirse en pionero de la prevención primaria mediante la enseñanza de las habilidades emocionales básicas y se implantó a lo largo de Estados Unidos, Australia y distintos países de Europa.
Este programa partió de varias investigaciones previas que apuntaban lo siguiente:
De los 3 a los 7 años es cuando los niños comienzan a desarrollar ciertas habilidades como el autocontrol y la capacidad para mantener la atención. También es el momento en que se inicia la conciencia emocional, con un gran incremento de la habilidad para reconocer y hablar de emociones.
Se ha comprobado que los niños que poseen buenas capacidades de planificación y que pueden identificar sus emociones en el momento en que inician la escuela (a los 5 ó 6 años) tienen una menor tendencia a desarrollar trastornos de ansiedad y agresividad posteriormente.
Esto es debido a que durante este periodo es cuando se conforma el sistema de circuitos neuronales que favorece la aparición de emociones positivas. Aunque de adultos podamos modificar esos circuitos, resulta mucho más complicado que crearlos durante la infancia.
Las características de un programa para el desarrollo de habilidades emocionales con niños que resulte eficaz debe centrarse en los siguientes objetivos:
Los programas se basan en la idea de que las emociones cumplen los siguientes principios:
1. Identificar la emoción: "Estoy enfadado/a"
2. Determinar el origen de la emoción: "¿Por qué estoy enfadado/a?"
3. Dominar el origen de la emoción: "¿Qué hago con este enfado?"
Éstas son las bases del programa PATHS. En un post posterior analizaremos las herramientas concretas que se utilizan para ponerlo en marcha.