La psicología actual ha dejado de centrarse en la enfermedad y el comportamiento desadaptado para fijarse en la felicidad y el optimismo. Si tenemos en cuenta que una persona invierte unas 90.000 horas en el puesto laboral a lo largo de su vida, es normal que uno de los objetivos centrales de la Psicología sea averiguar qué hace que un empleado se sienta feliz desempeñando su puesto.
La clásica teoría bifactorial de la motivación laboral de Herzberg indicaba que los factores de higiene asociados con la insatisfacción laboral no eran necesariamente los mismos que aquellos que hacen que los empleados se sientan satisfechos. Por ejemplo, un sueldo bajo es motivo de insatisfacción, pero cobrar mucho no garantiza, ni mucho menos, ser feliz en el trabajo.
De este modo, se hace necesario que exista un equilibrio entre ellos y, sobre todo, lo fundamental para la felicidad laboral reside en el desarrollo de elementos que incrementan la motivación laboral.
Las encuestas revelan que los aspectos que fomentan la insatisfacción laboral son, entre otros: la falta de comunicación con el superior jerárquico, el salario poco competitivo, la ausencia de recompensas y beneficios, el liderazgo poco eficaz...
Uno de los aspectos que más insatisfacción provoca es la sobrecarga de trabajo. Cuando una persona tiene demasiadas tareas y responsabilidades y pocos recursos a su disposición y esto obliga a incrementar las horas de presencia física en el puesto, esto redunda negativamente en las posibilidades de conciliación laboral y personal.
Una de las principales estrategias está relacionada con el rediseño del puesto de trabajo. Este rediseño hace referencia a la capacidad que tiene la persona de cambiar sus tareas y dotar de un nuevo significado a su labor. Cuando un individuo es capaz de hacer esto, su satisfacción aumenta y con ella la implicación.
También se ha visto que es importante el denominado "modelo de esfuerzo y recuperación" de Meijiman y Mulder, de la Universidad de Groningen. Según estos autores, cuando una persona está expuesta a un esfuerzo prolongado consume muchos recursos cognitivos y su cuerpo sufre desajustes fisiológicos. Para poder enfrentarse a nuevas demandas, es necesario que el trabajador tenga la posibilidad de recuperarse y restablecer una línea base.
Las "experiencias de recuperación" (Sonnentag y Fritz) que hacen referencia a las estrategias que los individuos utilizan para reducir el impacto de las situaciones estresantes pueden llevarse a cabo tanto dentro como fuera del ámbito laboral. Lo relevante no es tanto la actividad realizada para lograr dicha recuperación, sino la sensación psicológica de haberse liberado. Para esto, resulta básica la expresión de emociones. De este modo, lo más útil resulta hacer pausas para desconectar y hablar de cuestiones agradables y, fuera del ambiente laboral, llevar a cabo actividades relajantes, sociales o físicas que nos proporcionen bienestar y mejoren nuestro estado de humor.
Que un trabajador se sienta feliz en su puesto de trabajo no sólo es beneficioso para la persona, también para la empresa. Son numerosos los trabajos que muestran una clara relación entre felicidad y productividad. Además de esto, la felicidad se relaciona con otros indicadores organizacionales:
SE INCREMENTA |
SE REDUCE |
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Uno de los primeros pasos es reducir las demandas laborales. Igual que el exceso de trabajo provoca toda clase de problemas de salud, la posibilidad de disponer de los adecuados recursos genera motivación en los empleados.
Básicamente, los aspectos que la empresa puede fomentar para incrementar la felicidad de sus empleados en el trabajo son: