Releyendo algunas partes del libro de Covey "Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva" para realizar un propuesta formativa a un cliente que desea trabajar bajo este modelo me he planteado recoger en una serie de post algunos de los aspectos y conceptos que me parecen interesantes del libro.
Los que lo hayáis leído tal vez recordéis que comienza presentando una serie de retos que forman parte de la realidad del ser humano y que suponen un lastre al que debemos enfrentarnos, poniendo en práctica todas nuestras habilidades y recursos personales para conseguir ser personas satisfechas con nuestra propia vida.
Estos retos son:
- El miedo y la inseguridad: que decir hoy del miedo y la inseguridad en la coyuntura que nos toca vivir. Si el miedo y la inseguridad forman parte de la naturaleza humana, hoy en día ¿quiénes nos sentimos realmente seguros?, acaso el miedo no forma parte de nuestro día a día. La situación actual nos ha hecho sentir miedo no en la mirada a un futuro lejano, sino en la mirada al mañana próximo. Tenemos un fuerte sentimiento de vulnerabilidad. El reto está en aprender a convivir con la falta de seguridad, con la incertidumbre sin dejar que esto nos desanime y nos haga perder la confianza en el futuro y en nuestra propia capacidad para controlar el cómo nos afectan las situaciones.
- Lo quiero ahora: Hemos ido desarrollando un deseo creciente de tener, poseer y ser, en muchos casos difícilmente gestionable y alimentado por un mundo que nos empujaba a tratar de conseguir todo lo que nos presenta. Difícilmente conseguimos tolerar la frustración que nos supone no tener aquello que anhelamos de forma inmediata. Es tal este deseo del aquí y ahora, que cuando no podemos conseguir aquello que anhelamos, reconducimos nuestro deseo a otra cosa que si podamos poseer de forma inmediata. Hemos ido disminuyendo de forma progresiva y creciente el tiempo que somos capaces de esperar para conseguir aquello que deseamos. Vivimos en el mundo de la inmediatez. El reto está en aprender a ser más tolerantes, en aprender a controlar nuestros propios impulsos y a convivir con la frustración y la contrariedad como un estado más sin que ello suponga un incremento en los niveles tolerables de ansiedad.
- La culpa y victimismo: Existe también en muchas personas una gran tendencia a considerarse como víctimas. Este sentimiento lo podemos reconocer en frases que comienza "sino no fuera por....". Culpar a los demás de nuestros problemas y dificultades suele ser además de bastante habitual la postura más fácil. Muy pocos de nosotros somos capaces de asumir abiertamente nuestras responsabilidades ante otros y ante nosotros mismos, y tampoco tenemos la valentía en muchas ocasiones de tomar la iniciativa para poner en marcha las acciones necesarias para el cambio. El posicionarse en el papel de víctima nos protege de cualquier responsabilidad, siempre hay alguien a quien culpabilizar. El reto está en asumir nuestra propia responsabilidad en el desarrollo de los acontecimientos y en el cambio de los mismos.
- La desesperanza: la desesperanza es un sentimiento que está íntimamente relacionado con el victimismo. Al sentirnos víctimas de algo o alguien entramos en un estado de desesperanza, resignándonos a las circunstancias y perdiendo con ello nuestra capacidad de afrontamiento y resolución. Con la desesperanza entregamos nuestra propia capacidad de decidir e influir sobre las situaciones y los acontecimientos. Al considerar a los otros como absolutos responsables de lo que sucede y nos sucede quedamos indefensos sin capacidad de control. El reto está en aprender a reconocer nuestra propia capacidad de influencia y control sobre las situaciones.
- La falta de equilibrio existencial: decir a estas alturas que vivimos una vida compleja, estresada y agotadora será para muchos una obviedad. Queremos controlarlo todo, hacer cada vez más, ser mejores y más eficientes, estar en lo más alto, hasta el punto que caemos en un profundo desequilibrio personal en el que anteponemos trabajo y dinero a nuestra familia, a nuestra propia salud, prestando gran atención, esfuerzo y energía a aspectos secundarios y dejando de lado aquellos verdaderamente importantes. Conseguir un equilibrio razonable en nuestras prioridades se ha convertido en un deseo idealizado no secundado por acciones y comportamientos. El reto está en aprender a reconocer e identificar aquello que realmente tiene valor en esencia para el ser humano y de lo que depende nuestra propia existencia y satisfacción personal.
- El deseo de sentirnos comprendidos: el ser humano es un ser relacional que busca la aceptación y afecto de los demás en muchos de sus comportamientos. De hecho algunas de las dificultades que enfrentamos en el día a día vienen determinadas por un deseo irracional de ser aceptado y reconocido por otros. El reto que debemos afrontar es aprender a aceptar que las personas que nos rodean no tienen porque mostrarnos aceptación y reconocimiento y que ello no cambia nuestra valía en absoluto.
- El conflicto y la diferencia: los seres humanos somos diferentes, tenemos deseos, inquietudes, intereses, necesidades, objetivos...etc diferentes, esto a priori no es negativo lo problemático es cómo gestionamos estas diferencias, sobre todo cuándo utilizamos el método " ganar cuanto más mejor", no trabajamos el enfoque de buscar aspectos comunes, sinergias, encuentros, sino que buscamos la diferencia, tratamos de obtener los mayores beneficios y resultados a consta del otro. El reto está en aprender a trabajar no desde lo que nos aleja sino desde lo que nos acerca, entendiendo la diferencia como algo natural y positivo, aprovechando esta circunstancia como elemento de enriquecimiento mutuo.
Covey plantea que "con la vertiginosa velocidad de los cambios que experimentamos en el mundo actual debemos educarnos, reeducarnos y reinventarnos a nosotros mismos de forma constante". No puedo estar más de acuerdo con ello.