La era tecnológica

Nos encontramos en una nueva era y los esquemas de análisis con los que observábamos el mundo ya no nos sirven para comprender las nuevas realidades. Hemos de aceptar "mirar" el mundo desde los nuevos parámetros tecnológicos.

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Inma Trigo

Ayer anunciaron en las noticias el descubrimiento del material del futuro, el grafeno, que permitirá desarrollar tecnologías que nos acerca al mundo imaginado por la ciencia ficción. El grafeno, uno de los materiales más finos, flexibles, fuertes y con mayor conductividad que existen, está llamado a revolucionar el futuro, desde importantes cambios en la industria de la telefonía móvil, las telecomunicaciones o la fabricación de chips hasta la forma de elaborar fármacos contra el cáncer.

La semana pasada también fue noticia el desarrollo de un proyecto científico basado en la recreación del cerebro humano en un ordenador, que supone un gran avance en la futura investigación de enfermedades como la depresión, el alzheimer o el parkinson.

A este ritmo de innovaciones, las nuevas generaciones van a conocer un mundo de ciencia-ficción que resulta difícil imaginar. La revolución de la informática, la neurotecnología, la biotecnología, las nuevas fuentes de energía... introducen cambios tan vertiginosos en las formas de vivir, de trabajar, de pensar, de relacionarnos, que las sociedades en las que vivimos serán irreconocibles dentro de unos años. Pero no se trata sólo de una cuestión de ritmos, de velocidad en la aplicación de estas tecnologías, sino de la forma en que la ciencia y la tecnología calan en la sociedad, en nuestras formas de entender el mundo en el que vivimos. Es el caso de las técnicas de reproducción asistida, que modifican el concepto de familia tradicional, y que con la intervención de material genético de donantes o la incorporación de "una madre de alquiler", se desdibujan los límites biológicos de la familia a favor del lazo socio-cultural y afectivo que se crea en la convivencia entre "hijo" y padres. Conceptos tan primarios y cercanos como son la "maternidad", "paternidad" o "familia" se ven afectados por el impacto de la tecnología sobre la reproducción humana.

En esta sociedad denominada por algunos sociólogos* como la "Sociedad Tecnológica Avanzada", la ciencia y la tecnología son importantes factores de cambio y conformación social. A la par que se modifican los sistemas de producción, con la aplicación de sistemas automáticos de trabajo y robots industriales, se transforman los modos de interaccionar y de organizarnos socialmente. Ahora tenemos nuevos "compañeros de trabajo", ordenadores y robots que nos facilitan el desempeño de nuestras tareas, y que reemplazan a trabajadores de "carne y hueso" con los que hasta hace muy poco trabajábamos codo con codo. Estos puestos de trabajo han ido deslizándose hacia nuevas ocupaciones, de forma que aunque se pierden unos, aparecen tareas más especializadas que requieren de una mayor cualificación y una mejor comprensión de las tecnologías.

Al mismo tiempo que se dan logros positivos (mejora de la salud, aumento de la calidad de vida, mejores condiciones de alimentación, control de enfermedades...), las tecnologías suscitan temores e incertidumbres, aumentan también las desigualdades sociales y aparecen nuevas formas de poder, cuya riqueza se basa en el conocimiento.

Nos encontramos tan inmersos en la cotidianeidad de los cambios que se nos hace difícil tomar conciencia del impacto que la ciencia y la tecnología tienen en la sociedad.

 

*José Félix Tezanos, “Hacia un nuevo paradigma social. La emergencia de las sociedades tecnológicas avanzadas” en José Félix Tezanos, La sociedad dividida. Estructuras de clases y desigualdades en las sociedades tecnológicas, Madrid, Biblioteca Nueva 2001.

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