Creatividad para la búsqueda de empleo

Hace ya unos cuantos años, cuando era un estudiante de B.U.P., veía como se acercaba el momento en el que tendría que elegir que carrera emprender. Y no era yo solo, todos mis compañeros y compañeras compartían mis inquietudes.

Ante semejante duda, decidimos recurrir a una de nuestras profesoras y durante una clase le preguntamos acerca de la carrera que más salidas profesionales tenía y con menor tasa de paro entre sus titulados.

Es cierto que por aquel entonces la situación económica no era tan delicada como lo es ahora, pero las cifras de desempleo siempre atemorizan a aquellos que se plantean buscar su primer empleo.

Nuestra profesora, no sé si en un sano intento de animarnos, nos contestó que el paro solo afectaba a los mediocres, según nos comentó, un buen profesional de verdadero talento nunca estaría desprovisto de trabajo.

A día de hoy, con unas cifras de desempleo de record que continúan subiendo, muchos de estos buenos profesionales de verdadero talento se encuentran, en el mejor de los casos, desempeñando otros trabajos diferentes a los que ellos hubiesen deseado y para los que tuvieron que prepararse duramente, en otros casos, los menos afortunados, ni siquiera se encuentran ante esa oportunidad y carecen de empleo.

Las ofertas de trabajo continúan siendo insuficientes para cubrir todas las demandas de solicitantes, la competencia se hace cada vez más dura y resulta más complicado que nuestro currículo llegue hasta las manos adecuadas, y en caso de llegar, es difícil que destaque entre tantos y tantos.

Según me cuentan algunos amigos esto es algo que entre el sector publicitario se lleva viviendo muchos años, los puestos para ejercer de redactor son siempre muy pocos y los interesados en obtenerlos muchos, así que siempre ha sido difícil hacer llegar una solicitud a la persona que selecciona a las nuevas incorporaciones, así que como un currículo debe representar sabiamente a aquella persona que lo enviaba les tocaba ser especialmente "creativos".

El primer paso siempre coincidía, intentar localizar el nombre de la persona que iba a recibir nuestro currículo, a partir de ahí, cada uno tenía su método: una caja con una pequeña botella de un champán asequible y una nota que decía: "Estimado señor: le envío mi currículo junto a está botella para que podamos brindar cuando celebremos mi contratación".

En otro caso era una botella vacía lo que se recibía, bueno, vacía del todo no, junto al currículo y los datos de contacto, dentro iba una pequeña nota enrollada con un mensaje que decía: "En este inmenso océano que es la búsqueda de trabajo y con estas permanentes mareas de currículos, has ido a dar con mi mensaje. Gracias por rescatarme del desempleo y darme una oportunidad."

En la actualidad, y gracias a las nuevas tecnologías y las nuevas vías de comunicación han empezado a aparecer los video-currículo, pequeñas piezas de video dónde sus protagonistas de una manera creativa, muchas veces haciendo uso del humor, relatan sus conocimientos y experiencia e intentan llegar hasta la persona adecuada utilizando las redes sociales.

Este es el caso de un joven periodista que decidió grabar su video en el metro, dentro de un vagón lleno de unos sorprendidos pasajeros, mientras él, provisto de un pequeño ukelele nos canta su currículo.

La historia parece que ha tenido un final feliz y ha encontrado trabajo como guionista colaborador en un programa de televisión que se hizo eco de su noticia.

En otro caso, otro chico en busca de empleo, decidió que los protagonistas de su video debían ser las personas que mejor podían relatar al público todas sus mejores virtudes y capacidades: sus abuelos.

Ante estos ejemplos es imposible poner en duda que en España existe gente de un verdadero talento buscando empleo. Ahora, varios años después, espero que se cumpla aquello que nos dijo mi profesora y que todos esos buenos profesionales consigan esa oportunidad que tanto desean.