Las personas violentas verbales despiertan nuestros peores instintos, claro que eso es precisamente lo que desean provocar.
Todos podemos expresar lo que nos molesta, disgusta o enfada, el tema es encontrar la forma correcta para manifestar nuestras emociones u opiniones sin agredir verbalmente a nuestros interlocutores.
Si pensamos en personas agresivas verbalmente, quien más y quien menos, somos capaces de ponerle cara con una persona de nuestro entorno próximo: compañeros de trabajo, familia, vecinos, amigos, seguro que en alguno de esos grupos somos capaces de encontrar uno.
Los agresivos verbales son personas difíciles, complicadas, que hacen que los encuentros en los que están presentes se conviertan en momentos de gran tensión, estrés, disgusto, malestar y hasta angustia.
Las personas agresivas verbalmente pueden complicarnos o hacernos la vida bastante difícil. Son personas que por la agresividad de sus palabras, expresiones, comentarios suelen dejarnos sin saber que decir, ni qué responder. Establecer una conversación con este tipo de personas nos obliga a un exceso de autocontrol para no responder en los mismos términos y formas que ellos utilizan, que por otro lado, es lo que tratan de provocar.
Son personas que producen un gran desgaste en quienes con ellos interaccionan, ya que obligan a un continuo pensar en qué y cómo actuar para evitar sus ataques.
Las personas agresivas verbalmente se caracterizan por:
Su objetivo es hacernos sentir mal, inseguros, débiles y con ello creer en su propia proyección de seguridad. Se alimentan del deseo de los demás de evitar la confrontación y acaban consiguiendo que en el deseo de evitar un enfrentamiento, los demás terminan cediendo a sus exigencias o aceptando lo inaceptable en otro contexto de comunicación.
Las personas que están próximas o conviven con este tipo de perfil, acaban enganchados en una tela de araña que se teje con el temor a hacer y o decir algo que despierte su ira, no buscan una comunicación sana, sino que se estancan en el miedo del qué decir y cómo, y qué callar.
Normalmente las personas agresivas verbales suelen ser conscientes del poder que tienen sus palabras y sus gritos, y como con ellos consiguen inhibir el comportamiento de los demás y así alcanzar sus propósitos. Puede incluso mostrarse amigables en contextos en los que no se les lleve la contraria o mientras les sirvamos a sus objetivos.
El sentirnos incapaces de responder a la violencia del otro nos llena de frustración, angustia y resentimiento y mina nuestra autoestemia.
Algunas de las estrategias a utilizar con este tipo de personas cuando forman parte de contextos en los que de alguna manera nos vemos obligados a convivir con ellos, pero no elegidos por nosotros son:
Convivir con este tipo de personas es bastante complicado y más que intentar controlar su comportamiento, debemos trabajar en intentar controlar el nuestro, tratando de no responder a sus ataques y provocaciones, y desarrollando una buena autoestima que nos proteja de dar crédito a sus comentarios y amenazas.