El otro día me topé con un concepto que si bien muchos desconocemos casi todos hemos experimentado. Se trata de la kleptomnesia.
Según el psicólogo Dan Gilbert, la kleptomnesia es un fenómeno por el cual una persona, sin ser consciente de ello, expone una idea que cree novedosa cuando, de hecho, fue concebida por otra persona. Por lo tanto, se trata de una forma de "plagio accidental".
Como decía, es algo bastante habitual, porque seguro que has vivido alguna situación similar: estás con un grupo de gente debatiendo sobre cualquier tema. Aportas una idea al respecto y, al final de la conversación alguien te dice algo como: "Hay que ver qué buena idea se me ha ocurrido", haciendo referencia a lo que tú dijiste. Y tú te quedas de piedra viendo cómo se acaban de adjudicar tu idea.
En la vida personal esto es habitual. En el entorno laboral es todavía más común y, en muchos casos, resulta más problemático. Cuando algo así sucede, saltan todas las alarmas y la suspicacia se exacerba: ¿me están robando descaradamente las ideas?, ¿realmente se cree esa persona que la idea fue suya?, ¿cómo puede adjudicarse la autoría y quedarse tan fresco/a?
Si pasa una vez te sientes molesto. Si ocurre más veces el conflicto está servido. Pero, ¿hay mala intención en todo esto? Es posible que no.
Los psicólogos Alan Brown y Dana Murphy llevaron a cabo un experimento para ver si realmente la kleptomnesia existía. Es decir, si las ideas se "roban" de forma inconsciente (porque si se hace conscientemente estamos hablando de otra cosa).
En este estudio se crearon grupos de personas para llevar a cabo un brainstorming sobre distintas categorías (deportes, instrumentos musicales, ropa y animales de cuatro patas). Cada participante debía generar 4 ideas para cada una de las 4 categorías y compartirlas en grupo. Después, los participantes debían escribir las 4 que habían elaborado personalmente.
Fue llamativo que el 75% de los participantes plagiaron de forma no intencionada las ideas ofrecidas por otros, diciendo que eran propias.
En un segundo paso, los participantes debían escribir otras 4 ideas nuevas para cada categoría. La mayor parte de ellos escribieron al menos una idea que ya había sido propuesta por otro miembro del grupo (generalmente la persona que había dado las ideas inmediatamente antes que ellos).
No parecía que esto se debiera a un problema de falta de atención porque, de haberlo sido, también hubieran plagiado sus propias ideas y sólo el 8% lo hizo. El 71%, sin embargo, usó ideas de otros.
Parece ser que la kleptomnesia se debe a la forma en la que retenemos la información, prestando más atención al contenido que a la fuente. Así, una vez que aceptamos una determinada información como cierta, nos importa poco de dónde proviene.
Eso, obviamente, no sólo favorece que podamos acabar "robando ideas de otros", sino también tomando por cierta información de dudosa procedencia. Y, lamentablemente, Internet es una fuente inagotable de información de este tipo.
Así que si queremos evitar estos problemas lo fundamental es incrementar nuestro nivel de atención. De este modo, podemos evitar o reducir la kleptomnesia disminuyendo también las distracciones. Esto supone: