Queridos Reyes Magos:
Os escribo esta carta con un lápiz rojo de mi hijo, en el dorso de un recibo, sentada al lado de la lavadora entre un lavado y otro, y quién sabe cuándo volveré a tener un poco de tiempo libre en los próximos 18 años.
He sido una buena madre durante todo el año. He alimentado, aseado y cuidado a mis hijos todos los días. He visitado al pediatra muchas más veces de lo que he visitado a mi propio médico aún encontrándome mal. He vendido sesenta y dos números de la rifa de navidad del fútbol de mi hijo, he cambiado cromos, comprado chucherías...
Llevo a mis hijos al cole, a las actividades extraescolares, les ayudo con los deberes, a preparar los exámenes, juego con ellos, les llevo al parque con sus amigos, a montar en bicicleta y a patinar. Recojo y ordeno la habitación, que queda como una leonera tras pasar ellos por allí un ratito, es increíble cómo se trasladan los juguetes de las estanterías al suelo porque ninguno los ha cogido. Les preparo la ropa, sus mochilas, el almuerzo, la merienda para el recreo, para que todo esté listo y no les falte nada.
En fin, me esfuerzo en hacer que su vida sea lo más feliz posible, sin problemas ni preocupaciones.
Pensaba que quizás, visto que no les he pedido nunca nada, este año podrían traerme algunas cositas... Aquí tienen mis deseos:
Me gustaría una barriga plana, como las artistas de Hollywood.
Unos brazos que no dolieran y fueran lo suficientemente fuertes como para apartar a mi hijo del estante de las golosinas, mientras le da una rabieta en medio del supermercado.
También quisiera una cintura, ya que en algún sitio perdí la que tenía, hacia el séptimo mes de mi último embarazo.
También me gustarían unos cristales y paredes resistentes a las huellas y a las pintadas. Y un rinconcito secreto donde poderme esconder para hablar por teléfono.
En el aspecto práctico, quisiera una muñeca que hable y diga, "Sí, mamá" para ayudarme en mi autoestima como madre, así como dos niños que no peleen, y tres pares de vaqueros que se abrochen sin necesidad de tanta fuerza.
También me gustaría una voz nueva, ya que mi voz parece estar fuera del alcance auditivo de mis hijos ya que por mucho que me esfuerce no parece que me escuchen.
Sería maravilloso si consiguiera que mis hijos ayudaran en casa sin necesidad de pedir un premio a cambio.
Si fuera tarde para encontrar todo esto, quisiera al menos el tiempo suficiente para mí, para cepillarme los dientes, peinarme decentemente, para maquillarme, ir de compras a la sección de mujer y no sólo a la infantil.
Tiempo para tener el lujo de sentarme y comer la comida caliente, y no fría o sin que tenga que comerla antes o después de que mi familia cene.
Me gustaría experimentar, qué se siente al dormir una noche entera de un tirón, sin interrupciones de ninguna clase.
Bueno, Queridos Reyes, la alarma de la secadora me indica que ha terminado su ciclo y mi hijo se ha dado cuenta que estoy aquí encerrada. Creo que quiere que le devuelva su lápiz. Que tengan un buen viaje y recuerden limpiarse el polvo de sus sandalias antes de entrar.
Pueden comerse las galletas que les dejamos en la mesa, pero cuidado con echar migas a la alfombra.
Con cariño...... ¡MAMÁ!
P.D. ¡Ah!... otra cosa, pueden anular todos mis deseos con tal de que hagan que mis hijos crezcan felices, sanos y se conviertan en personas de bien.