Septiembre es una de las dos fechas del año, junto a enero, en el que más propósitos se hacen. De vuelta de las vacaciones, nos sumergimos en la rutina haciéndonos firmes propósitos encaminados a mejorar nuestra salud, incrementar nuestros conocimientos, empezar a hacer esas cosas para las que nunca tenemos tiempo... Parece el momento ideal para comenzar a comer sano, o hacer ejercicio, ponernos con un idioma nuevo o iniciar un hobby que siempre nos ha llamado la atención.
Pero más allá de las buenas intenciones, todos sabemos lo difícil que resulta adquirir un hábito.